sábado, 31 de julio de 2010

"VAMOS A PERDER NUESTRO MIEDO, POR QUE ES EL MIEDO A SER ARRESTADO O EL MIEDO A SER DEPORTADO EL QUE ALIMENTA LA INCAPACIDAD DE ACCIÓN POLÍTICA"

Estado delincuente
Un movimiento crece en Arizona



CounterPunch...31/07/2010

Hace tres meses la gobernadora de Arizona, Jan Brewer, promulgó la tristemente célebre ley SB 1070, que coloca a su Estado a la vanguardia de un movimiento para intensificar la criminalización de inmigrantes indocumentados.

Desde entonces los activistas han reaccionado mediante cuestionamientos legales, cabildeo político, organizaciones de base y movilizaciones de masa. Más de cien mil personas de toda Arizona marcharon hacia el Congreso del Estado el 29 de mayo. Hoy, cientos más se han comprometido a arriesgar el arresto a través de acción directa no violenta. Son manifestaciones públicas de una lucha inspiradora y generalizada que tiene lugar en este Estado. Las organizaciones que encabezan esta lucha ofrecen una visión para gente preocupada por los derechos humanos en todo EE.UU.

Un Estado delincuente

Ayer, la jueza federal del Tribunal de Distrito, Susan Bolton, emitió un mandato provisorio contra secciones de la Ley de Arizona SB 1070, que debe entrar en efecto hoy. La jueza bloqueó algunas de las partes más indignantes de la ley, como el lenguaje que ordena el uso de perfiles raciales por los agentes de policía. Sin embargo, la jueza Bolton dejó intacta gran parte de la ley, incluyendo secciones que apuntan específicamente a jornaleros.

Para los activistas de Arizona, el dictamen legal representa –en el mejor de los casos– un pequeño respiro. “No es una victoria, es un alivio”, dice Pablo Alvarado de la Red Nacional de Jornaleros y Jornaleras (NDLON, en sus siglas en inglés). “Estamos colocando un parche sobre una herida”.

Alvarado y los organizadores de NDLON forman parte de una amplia red de organizaciones y voluntarios nacionales que se han unido a organizadores locales para luchar no sólo contra esa injusta ley, sino también contra un clima general de odio contra los inmigrantes. “Arizona es un Estado delincuente”, dice Alvarado. “Vamos a utilizar todos los medios a nuestro alcance para defendernos”.

Puente Arizona, una organización basada en Phoenix que se describe como un movimiento por los derechos humanos para “resucitar nuestra humanidad”, ha formado Comités de Defensa de Barrio en vecindarios en toda la ciudad. Emulando la estructura de grupos fundados por movimientos populares en El Salvador, la estructura basada en la comunidad trabaja para servir las necesidades básicas, y también para crear conciencia y para ayudar a unir a la gente. Según la activista de Puente Diana Pérez Ramírez, los comités realizan cursos regulares de capacitación en “conocimiento de tus derechos” y de inglés, y organizan proyectos de “Copwatch” [Vigila a los polis]. “Pedimos a la comunidad que se una y se organice”, dice Ramírez. “Y estamos presentes para apoyarlo”. Más de mil personas se han sumado hasta ahora a esas organizaciones vecinales y más se unen cada día.

Puente ha movilizado a voluntarios de todo EE.UU., utilizando el apoyo nacional para ayudar a la organización local, e iniciando acción directa con el apoyo de aliados de afuera como la Ruckus Society, Catalyst Project, y varias filiales de Estudiantes por una Sociedad Democrática (SDS). Ha emitido llamados a la acción incluyendo un Verano por los Derechos Humanos (modelado según el Verano por la Libertad de los movimientos por los derechos civiles) y “30 días por los derechos humanos”, un mes de acciones que culmina hoy, el día en que SB 1070 entra en vigor.

Después de medianoche, al entrar en vigor la ley, comenzó la primera protesta del día, cuando cerca de 80 personas bloquearon la intersección en la entrada a la localidad de Guadelupe, una pequeña comunidad (de cerca 1,5 kilómetro cuadrado) estadounidense nativa y latina en las afueras de Phoenix. La localidad tiene una prolongada historia de lucha contra el alguacil del condado Maricopa, Joe Arpaio, que ha sido una de las principales caras públicas de SB 1070, y la mayoría de los manifestantes (y todos los organizadores) eran de la comunidad. Levantando pancartas que declaraban su oposición a la nueva ley y dirigiendo coros contra la brutalidad policial, los activistas declararon que los agentes de Arpaio no eran bienvenidos en su pueblo. El enfrentamiento con la policía duró más de una hora, antes de que los dirigentes de la protesta, en consulta con el alcalde del pueblo, decidieran abrir la intersección. Varias acciones más han sido planificadas para hoy.

Trabajo proactivo

La Repeal Coalition, una organización de base por los derechos de los inmigrantes basada en Flagstaff y Phoenix, fue formada en 2007. Organizaron el grupo porque vieron un vacío en el movimiento por los derechos de los inmigrantes en Arizona. “Algunos de la izquierda local no eran muy audaces”, explica Luis Fernández de Repeal Coalition. “Las posiciones en el debate público variaban de ‘echadlos a todos’, a ‘que hagan su trabajo y luego echadlos’.” Repeal Coalition ha mantenido una posición en la que llama a la eliminación de todas las leyes contra la inmigración, y declara: “Luchamos por el derecho de la gente a vivir, amar, y trabajar dondequiera quiera hacerlo”. Con este llamado, dice Fernández, “Tenemos ahora un verdadero debate”.

Cuando se fundó la coalición, los organizadores llevaron activistas sindicales para que los asesoraran respecto a la creación de una organización siguiendo modelos similares a los que han creado sindicatos fuertes, utilizando visitas domiciliarias, trazados de mapas de los vecindarios, y reuniones de grupos. Aunque es un grupo formado integralmente por voluntarios con poco o ningún financiamiento, ha desarrollado una estructura que ha iniciado grandes protestas y suministrado un servicio directo, y ahora están desarrollando estrategias para más maneras de emprender la acción directa en la era posterior a SB 1070.

Fernández dice que esta lucha tiene que ver en última instancia con la superación del miedo y con el paso de la reacción a la acción proactiva. “Hemos estado en una crisis en Arizona desde hace mucho tiempo”, explica. “Incluso si SB 1070 no fuera implementada, no importaría. La crisis política continuaría.” Para encarar esta crisis, Fernández cree que las organizaciones deben crear unidad más allá de la raza y de la clase. “Tradicionalmente en EE.UU., cuando la clase trabajadora comienza a sufrir, en lugar de conectarse y mirar hacia arriba a la causa del problema, mira hacia el lado o hacia abajo buscando a quién culpar”. Cree que lo más importante es que los activistas entren en acción para tomar la iniciativa.

Siguiendo esta visión, ha sido inspirado por jóvenes organizadores que trabajan en la ley federal DREAM ACT, que crea un camino a la ciudadanía para jóvenes indocumentados. “Llegaron a Arizona y dijeron, ‘somos indocumentados y vamos a cometer actos de desobediencia civil’”. Al principio miembros de Repeal Coalition trataron de convencerlos para que abandonaran esa acción, pero los jóvenes explicaron: “Vamos a perder nuestro miedo porque es el miedo a ser arrestado o el miedo a ser deportado el que alimenta la incapacidad de acción política”. El coraje y la visión de esos jóvenes han inspirado a Fernández para seguir buscando maneras nuevas y atrevidas de actuar, en lugar de sólo reaccionar continuamente ante los ataques derechistas. “Tenemos que fijar el orden del día”, explica Fernández. “Tenemos que decir: ‘No, sois vosotros los que tendrán que reaccionar’”.

A pesar de una serie de tácticas y filosofías, los organizadores tienen en común una dedicación a exportar las lecciones de su lucha. Aunque la ley de Arizona es la primera y la más draconiana, leyes similares están pendientes en todo el país. Y durante la actual crisis económica nacional, más y más políticos han descubierto que pueden ganar puntos políticos satanizando a los inmigrantes. “Durante los últimos meses ha habido mucha gente que nos llama y pregunta qué puede hacer para ayudar a Arizona”, dice Fernández. “Les decimos, organizaos en vuestra propia ciudad. No tenéis que venir a Arizona porque Arizona va donde vosotros.”

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Jordan Flaherty es periodista, editor de Left Turn Magazine, y miembro del personal del Louisiana Justice Institute. Haymarket Books acaba de publicar su nuevo libro FLOODLINES: Community and Resistance from Katrina to the Jena Six. Para contactos escriba a neworleans@leftturn.org.


Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens

Fuente: http://www.counterpunch.org/flaherty07292010.html

EL FORAJIDO URIBE YA NO PODRÁ CON LA INDETENIBLE CUENTA REGRESIVA, QUE AVANZA DE MANERA INEXORABLE HASTA EL FINAL DE SUS DÍAS COMO PRESIDENTE.

El último conflicto de la era Uribe

La Jornada...31/07/2010


El 7 de agosto Estados Unidos perderá a su más fiel aliado en Sudamérica. Durante ocho años Álvaro Uribe aplicó a rajatabla las políticas imperiales, con un estilo más radical aún que el de George W. Bush. No sólo convirtió su país en una suerte de portaviones estadunidense, sino que se empeñó en escalar los conflictos en la línea de militarización que defienden el Pentágono y el Comando Sur como modo de asegurar el control de un patio trasero que se les escapa de las manos.

Pero los tiempos cambian. Cuando Uribe llegó al Palacio de Nariño, en 2002, la guerra contra el terrorismo estaba en su apogeo y las grietas del mundo unipolar recién empezaban a hacerse visibles. En 2010, el Pentágono está empantanado en Iraq y puede sufrir un descalabro en Afganistán. La ex superpotencia no se recuperó de la crisis de 2008 y debe contemplar cómo se articulan potencias emergentes con países desarrollados con capacidad para impedirle desplegar sus iniciativas más importantes.

En Sudamérica, Estados Unidos perdió la iniciativa económica y la geopolítica a manos de China y Brasil, respectivamente. No se trata de que ya no juegue ningún papel en la región, porque sigue siendo la potencia dominante, sino del nuevo papel que tienen ahora sus competidores. De la mano de la sólida alianza entre Argentina y Brasil, se está construyendo una nueva realidad regional, que se caracteriza por una mayor cohesión entre los 12 países sudamericanos que se han dotado de instrumentos económicos, políticos y militares para caminar hacia una completa integración.

Juan Manuel Santos, el sucesor de Uribe, ex ministro de Defensa y miembro de una de las más destacadas familias de la oligarquía colombiana, ha sabido leer los nuevos vientos que soplan en la región y en el mundo. No es menos derechista que Uribe. Fue quien dio la orden de bombardear el campamento de Raúl Reyes en Ecuador y el responsable directo de los falsos positivos, esos centenares de jóvenes asesinados y presentados como bajas de la guerrilla por parte del ejército. Fue y seguirá siendo un fiel aliado de Washington y combatirá a la guerrilla hasta exterminarla.

Sin embargo, Santos no puede seguir la misma política de Uribe. La centralidad que tuvo la guerra durante los dos gobiernos anteriores se trasladará, a partir del 7 de agosto, a la economía. Las razones son simples. La guerrilla no es ya una amenaza para la estabilidad del Estado ni para la gobernabilidad. Ha sido diezmada y está en una fase de agudo repliegue como nunca lo estuvo en casi cinco décadas. Para asegurar el poder de las clases dominantes, ahora debe apelar al crecimiento económico para edificar las bases de largo plazo de la deseada estabilidad.

Dicho de otro modo: ahora que se fortaleció el Estado –tanto la fuerza militar como las políticas sociales– hay que resolver los problemas pendientes para que los grupos armados no vuelvan a ser una amenaza ni los conflictos sociales amenacen desbordarse. En ese sentido, hay dos grandes frentes: el interno pasa por depurar algunos cargos en la fuerza armada y en la administración, y por mejorar las relaciones entre el Ejecutivo y los poderes Judicial y Legislativo.

El otro frente decisivo es el externo. Para relanzar la economía se trata de mejorar las relaciones con los vecinos y potenciar la integración regional para hacer del comercio la locomotora de la producción, toda vez que Santos se referencia en los Tigres Asiáticos como su modelo de desarrollo. En suma, no puede seguir siendo el gallo en una región que ya no se pliega a los dictados del norte.

Por eso Santos se propone recomponer las relaciones con Venezuela. No porque haya cambiado ni pretenda un acercamiento al proceso bolivariano, al que seguirá combatiendo. Las exportaciones colombianas a Venezuela cayeron de 7.000 millones de dólares en 2008 a menos de 1.500 millones para este año por los sucesivos conflictos diplomáticos. Mientras el nivel de pobreza es del 43 por ciento y la indigencia alcanza el 16 por ciento, Colombia ostenta las mayores tasas de desempleo y de informalidad de la región. La frontera binacional vive en la angustia económica por la parálisis de los intercambios, al punto de que esta semana el gobierno de Uribe decretó la emergencia social en los 37 municipios fronterizos, suspendiendo el cobro del IVA.

Tampoco puede Santos relanzar la economía colombiana sin mejorar las relaciones comerciales con Brasil, el país más dinámico de la región, capaz de absorber porcentajes crecientes de la producción de sus vecinos. El ministro de la Secretaría de Asuntos Estratégicos de la Presidencia de Brasil, Samuel Pinheiro Guimaraes, uno de los más destacados intelectuales del país, acaba de lanzar una propuesta para que su país promueva un nuevo Plan Marshall para estimular y financiar la transformación económica de los países menores; abrir, sin exigir reciprocidad, sus mercados, y financiar la construcción de la infraestructura de esos países y su interconexión continental (Carta Mayor, 27 de julio).

Por último, Santos apuesta por mejorar la imagen de Colombia en el delicado terreno de los derechos humanos para desbloquear el TLC. Para eso hará jugar un papel destacado a su vicepresidente, Angelino Garzón, ex sindicalista y ex miembro de la Unión Patriótica que en plena crisis elogió a Chávez por haber pedido a las FARC que cambien su estrategia armada.

Como buen oligarca, Santos piensa en grande, en los intereses de su clase. Uribe piensa en su futuro personal. No son pocos los que creen que terminará sus días en una cárcel de alta seguridad en Estados Unidos por sus viejos vínculos con el cártel de Medellín. Fue la revista Newsweek la que en agosto de 2004 le recordó la existencia de informes de inteligencia que lo ligan con Pablo Escobar. Sería una ironía que el presidente más sumiso a Washington que recuerda este continente desde los días de Somoza siga el camino de los principales capos del narcotráfico. Y que se convierta en su verdugo el que fue su fiel escudero durante ocho años.

Fuente: http://www.jornada.unam.mx/2010/07/30/index.php?section=opinion&article=019a1pol

viernes, 30 de julio de 2010

TODAS LAS OPERACIONES DEL DAS SON DIRIGIDAS DESDE LA PRESIDENCIA POR URIBE, ES RESPONSABLE DIRECTO POR TANTOS ATROPELLOS COMETIDOS POR ESTE ORGANISMO.

El interrogatorio al ex Director de Inteligencia del DAS demuestra que la presidencia dirigía las operaciones

Radio Nizkor...30/07/2010


En lo que hasta el momento es el testimonio más comprometedor de la participación de la presidencia de Colombia en el escándalo provocado por la utilización de operaciones de contrainteligencia, el ex director de inteligencia del Departamento Administrativo de Seguridad (DAS), afirmó que el presidente Álvaro Uribe y algunos de sus colaboradores cercanos sabían de las operaciones y, en algunos casos, las coordinaron.

La transcripción íntegra del interrogatorio de Fernando Alonso Tabares Molina ante la Fiscalía Delegada ante la Corte Suprema, efectuado los días 9 y 13 de julio de 2010, está disponible en el sitio documental del Equipo Nizkor, en la página especializada sobre Inteligencia militar y paramilitarismo en Colombia, y es necesaria su lectura como complemento de este programa de Radio Nizkor.

Una de las primeras conclusiones derivadas de sus declaraciones es la confirmación de que, como dijimos en un comunicado de 18jun09, el Estado Mayor militar y civil que dirigió las operaciones mencionadas recibió órdenes expresas de incorporar en los planes de guerra a las organizaciones de derechos humanos, periodistas de investigación y jueces de las Altas Cortes y, por lo tanto, fueron considerados como "blancos", y algunos específicamente como "objetivos".

Fernando Alonso Tabares Molina es oficial naval retirado de la Armada de la República de Colombia; ingresó a dicha institución en enero de 1977 y a lo largo de su carrera en la misma desempeñó cargos de comando de unidades a flote en el Magdalena Medio, en la fuerza naval del Caribe y en la fuerza naval del Pacífico. Se desempeñó también como comandante del puerto naval avanzado en Puerto Bolívar, Guajira, y como comandante del grupo de tarea en Turbo, Antioquia. Específicamente en el área de inteligencia fue nombrado subdirector de la Dirección de Inteligencia de la Armada en 1993. Fue fundador y primer director de la Escuela de Inteligencia de la Armada Nacional con sede en Cartagena...

En 2005 fue designado como agregado naval ante la República de Brasil, regresando a Colombia el 06nov06. A partir de entonces fue destinado a apoyar la labor del Viceministro de Defensa, Jaime Jaramillo, formulando y desarrollando la política de desmovilización de mandos medios de los grupos narcoterroristas, proyecto éste que fue presentado al entonces Ministro de la Defensa, Juan Manuel Santos, y que se encuentra actualmente vigente... Asumió el cargo de Director General de Inteligencia del DAS el 14may07.

Tal y como exponía el Equipo Nizkor en un comunicado de 22oct09, técnicas como las empleadas por el DAS, "son incompatibles con el desarrollo de las libertades civiles en cualquier sociedad y, debido al desarrollo técnico y al avance de los sistemas de simulación sociológica, permiten el control político social de una sociedad, en este caso de la colombiana, dejando a los ciudadanos en total indefensión ante el uso masivo de estas técnicas... No cabe duda alguna de que este tipo de operaciones clandestinas e ilegales tienen como consecuencia la manipulación de los hechos, la alteración de los sistemas sociales y la destrucción de las organizaciones consideradas 'blancos'"...

Fernando Alonso Tabares Molina citó, además de al presidente Álvaro Uribe Vélez, al secretario privado del presidente, Bernardo Moreno, al secretario jurídico de la presidencia, Edmundo del Castillo, al más cercano asesor personal del mandatario, José Obdulio Gaviria, y al asesor en comunicaciones Jorge Mario Eastman.

Uribe ha negado reiteradamente cualquier participación de él o sus colaboradores en esas actividades y su más reciente negativa se produjo el mes de junio de 2010, en respuesta a un interrogatorio de la fiscalía, ante la que declaró por escrito: "Debo manifestar de manera categórica que nunca impartí de manera directa o por interpuesta persona, bajo ninguna circunstancia [...] instrucción alguna tendiente a que en el DAS se realizaran actividades ilegales, tales como interceptaciones o seguimientos a los magistrados de altas cortes, campaña de desprestigio para miembros de la oposición, políticos o persona alguna, ni ninguna actuación similar"...

La importancia de la declaraciones de Fernando Alonso Tabares Molina son obvias y, aunque no podemos medir su impacto en los procedimientos actuales sobre las operaciones de contrainteligencia del DAS, sí que sirven para comprender mejor los mecanismos que se utilizaron para lo que podríamos denominar el control político social de la sociedad colombiana.

Es posiblemente la primera vez que este tipo de operaciones de contrainteligencia militar utilizadas contra población civil, son probadas en sede judicial, lo que permite poder advertir de su uso en otros países con estructuras democráticas que con mayor o menos intensidad utilizan este tipo de medios para controlar a las organizaciones sociales, sindicales o incluso a instituciones del estado pertenecientes al sistema judicial de un país.

http://www.radionizkor.org/colombia/index.html

EL IMPERIO NO LE PERDONA A VENEZUELA EL IMPORTANTE PAPEL QUE JUGO EN LA LIQUIDACIÓN DEL ALCA.

¿Por qué a Venezuela?

La Jornada...30/07/2010


Lo que hay principalmente detrás del conflicto colombo-venezolano y su reciente agravamiento es que la revolución Bolivariana choca frontalmente con el plan de dominación estadunidense sobre América Latina. Que Venezuela, país con reservas de petróleo y gas entre las mayores del mundo, tenga un rumbo independiente en pos del socialismo, promueva la democracia participativa, la unidad e integración de América Latina, la solidaridad, la paz y la cooperación entre los pueblos es intolerable para el imperio. Mucho más cuando movido por su sed insaciable de hidrocarburos y recursos naturales que comienzan a escasear, ha entrado en una carrera bélica permanente por el control de los países que los poseen y de las poblaciones que los habitan. Todo con el cínico pretexto de la lucha contra el terrorismo y el narcotráfico nada menos que enarbolada por el Estado campeón del terrorismo, primer mercado de droga en el mundo cuyas ganancias constituyen una gran tajada de su sistema financiero. A la élite de Estados Unidos la saca de quicio la amistad entrañable de Venezuela y Cuba y la profundización de los pasos para su unión económica, preámbulo, diríase, de su unión política. Raúl Castro ha resumido muy claramente el sentido de estos pasos en una reunión de alto nivel cubano-venezolana celebrada el simbólico 26 de julio: sólo unidos venceremos.

El imperio no perdona el importante papel de Venezuela en la liquidación del ALCA –proyecto de recolonización continental- y en el surgimiento de la ALBA, que practica las relaciones más fraternas y equitativas entre las naciones miembros y las promueve, aunque no sean miembros, con todas las naciones de América Latina y el Caribe. En respuesta a la Venezuela bolivariana, a los grandes movimientos populares antineoliberales y gobiernos más independientes gestados por ellos, Washington restableció la IV Flota y llegó al extremo de instalar siete bases militares en Colombia lo que junto a otros factores presentes en ese país, constituye una peligrosa amenaza de agresión para Caracas, que había tensado seriamente las relaciones bilaterales. En este contexto se produce la festinada acusación por el representante de Bogotá en la OEA de que Caracas mantiene campamentos de las guerrillas colombianas en su territorio, una gravísima provocación que ha puesto en grave peligro la paz entre los dos países hermanos salida del fanatismo proyanqui de Álvaro Uribe y su febril afán de protagonismo desde que se frustró su proyecto reeleccionista.

El presidente Hugo Chávez ha hecho cuanto ha estado a su alcance por armonizar las relaciones con Colombia y evitar un conflicto bilateral. De hecho, a petición de Uribe se convirtió en un factor principalísimo de distensión de la larga guerra de sesenta años en el país vecino y ha insistido invariablemente en la necesidad de una salida política al conflicto. Con justa razón ha invitado a las guerrillas de las FARC y el ELN a que comprendan que las nuevas realidades políticas requieren un cambio en su estrategia de toma del poder mediante las armas por una de negociación, sin que ello implique rendirse. Chávez informó con visible dolor la ruptura de relaciones con Colombia: lo anuncio con una lágrima en el corazón, dijo.

Lula da Silva comentó su extrañeza por la conducta de Uribe cuando le faltan unos días para dejar la Casa de Nariño y “el nuevo presidente(Juan Manuel Santos) ha dado señales claras, incluso con los ministros que escogió, de que quiere construir la paz”. Lula, junto al ecuatoriano Rafael Correa, presidente pro tempore de UNASUR y su secretario general Néstor Kirchner han actuado rápidamente para atraer el tema al seno del mecanismo suramericano, un espacio, a diferencia de la OEA, favorable para que sin la presencia de Washington se expresen a plenitud los intereses de América Latina y el Caribe. UNASUR ha dado ya muestras de su capacidad de concertación política y esta es más necesaria que nunca para la región y para Venezuela en particular. La provocación de Uribe, la captura del terrorista Francisco Chávez Abarca, socio de Posada Carriles que confesó los planes desestabilizadores con que llegó a Venezuela, los desmelenados ataques al gobierno bolivariano del arzobispo de Caracas y las carretadas de dinero entregadas por Washington a la contrarrevolución configuran el cuadro subversivo con que se pretende frustrar la victoria chavista en las estratégicas elecciones de septiembre próximo.

aguerra_123@yahoo.com.mx

http://www.jornada.unam.mx/2010/07/29/index.php?section=opinion&article=030a1mun

jueves, 29 de julio de 2010

EL IMPERIO YANQUI NO TIENE ESCRÚPULO ALGUNO EN COMETER GENOCIDIOS CONTRA LOS PAÍSES, DONDE LOS GOBIERNOS NO SON DE SU AGRADO

Holocausto invisible: Los criminales de las sanciones iraquíes buscan repetir en Irán

The Empire Burlesque...29/07/2010




En la última década del siglo XX, una nación a menudo aclamada (sobre todo por sí misma) como la “mayor democracia del mundo” lideraba un programa de salvaje guerra económica contra un país roto e indefenso. Perpetrado con una frialdad burocrática inconmovible, el bloque mató, según estimaciones muy conservadoras, al menos a un millón de seres inocentes. Más de la mitad de esas víctimas eran niños muy pequeños.

Niños muertos. Miles de niños muertos. Decenas de miles de niños muertes. Cientos de miles de niños muertos. Montañas de niños muertos. Inmensos y terribles albañales de niños muertos. Eso es lo que la mayor democracia del mundo creó, deliberadamente, fríamente, como objetivo de política nacional cuidadosamente meditado.

El bloqueo se impuso por una sola razón: forzar la salida del recalcitrante dirigente del destrozado país, que en otro tiempo había sido aliado y cliente de la “mayor democracia del mundo” pero que ya no contaba con los suficientes parabienes para que le permitieran seguir gobernando su estratégicamente situada tierra y sus inmensos recursos energéticos. Los líderes de las dos facciones en dominio del poder en la “mayor democracia del mundo” acordaron que el asesinato deliberado de gente inocente –más gente de la que se asesinó en el comparable genocidio en Ruanda- era un precio aceptable a pagar por ese objetivo geopolítico. Para ellos, el juego –el aumento de sus ya tremendos y sin parangón riqueza y poder- merecía la pena, es decir: los espasmos de la muerte de un niño en la agonía final de la gastroenteritis o el cólera o cualquier otra enfermedad fácilmente evitable.

Es, sin comparación, una de las más notables –y horrendas- historias de la última mitad del siglo XX, superada sólo durante ese período por el Gran Salto Adelante de China y los millones de seres asesinados en los conflictos en Indochina, en los que la “mayor democracia del mundo” jugó tan decisivo papel. Pero sigue habiendo una “guerra invisible”, como Joy Gordon la denomina en el título de su nuevo libro sobre Estados Unidos y las sanciones contra Iraq. No sólo es que los autores de ese paseo genocida que supera al de Ruanda siguen hoy aún entre nosotros, a salvo, sin alterarse, con honor, confort y privilegios. Es que algunos de ellos aún mantienen puestos de poder en el gobierno actual. Si su guerra salvaje fue invisible, de la misma forma ese hace invisible la sangre inocente que les empapa de la cabeza a los pies.

Andrew Cockburn ha escrito una excelente reseña –muy detallada- del trabajo de Gordon en la última London Review of Books, utilizando su propia y amplia experiencia en Iraq así como las exhaustivas pruebas que el libro ofrece. Merece la pena reflejar con detalle la reseña, aunque hay mucho más en la obra original, que también deberían leer.

Cockburn escribe:

    “… Los múltiples desastres infligidos a Iraq desde la invasión anglo-estadounidense de 2003 han tendido a eclipsar la letalmente eficaz “guerra invisible” emprendida contra los civiles iraquíes entre agosto de 1990 y mayo de 2003, dotada por las Naciones Unidas de plenos poderes y con la inagotable atención de los gobiernos estadounidense y británico… Incluso en aquel momento las sanciones contra Iraq suscitaron sólo algún comentario público esporádico, y aún se prestó menos atención a las maniobras burocráticas en Washington, siempre con la obediente ayuda de Londres, que aseguró las muertes de medio millón de niños, entre otras consecuencias. En su excelente libro, Joy Gordon registra esas consecuencias en sus detalles horripilantes…”

Las sanciones se impusieron originalmente a Iraq después de que Saddam –que había recibido la famosa “luz verde” de la enviada del presidente estadounidense- invadiera Kuwait. Se dijo que las sanciones iban a suponer una especie de guerra breve para obligarle a retirarse; después se convirtieron en un instrumento de guerra cuando los combates empezaron. Y más tarde se trocaron en una extensión de la guerra por otros medios. Pero en todos los casos, como Gordon y Cockburn señalan, fueron sobre todo un arma para destruir la economía y la infraestructura civil del país. Cockburn escribe:

    “… Cuando sobrevino la guerra, ésta se dirigió tanto contra la economía de Iraq como contra su ejército en Kuwait. Las características fundamentales de la campaña de bombardeos se diseñaron –como su principal planificador, el Coronel John Warden de la fuerza aérea estadounidense me explicó después- para destruir los ‘pilares fundamentales’ que hacían que Iraq funcionara como una sociedad industrial moderna. La fuerza aérea había estado soñando con conseguir eso desde antes de la Segunda Guerra Mundial, y Warden pensaba que la introducción de las ‘bombas inteligentes’ de precisión guiada lo permitirían ahora. Las centrales de energía eléctrica, los centros de telecomunicaciones, las refinerías de petróleo, las plantas de tratamiento de aguas residuales y otras infraestructuras clave iraquíes resultaron destruidas o gravemente dañadas. Warden, recuerdo, se sentía irritado de que esos bombardeos, añadidos a su esquema original, habían oscurecido el impacto de su ataque quirúrgico contra los pilares en que se apoyaba la sociedad moderna iraquí…

    … El primer indicio de que el bloqueo proseguiría, aunque a Iraq se le hubiera desalojado de Kuwait, llegó en un brusco comentario de Bush en una conferencia de prensa el 16 de abril de 1991. No habría relaciones normales con Iraq, dijo, hasta que ‘Saddam Hussein esté fuera de allí’,i.e., ‘Proseguiremos con las sanciones económicas’. Se había recogido oficialmente que iban a levantarse las sanciones una vez que se hubiera compensado a Kuwait por los daños acarreados durante los seis meses de ocupación, y una vez que se confirmara que Iraq ya no poseía ‘armas de destrucción masiva’ ni capacidad para fabricarlas. Se creó una organización especial de inspección de la ONU, UNSCOM, encabezada por el diplomático sueco Rolf Ekeus, un veterano de las negociaciones sobre control de armamento. Pero en caso de que alguien no hubiera captado bien la declaración de Bush, su asesor adjunto de seguridad nacional, Robert Gates (ahora secretario de defensa de Obama), lo explicó detalladamente pocas semanas después: ‘Saddam se ha desacreditado y no puede redimirse. La comunidad mundial no va a aceptar nunca su liderazgo. Por tanto’, continuó Gates, ‘los iraquíes pagarán el precio mientras él siga en el poder. Se mantendrán todas las sanciones posibles hasta que se haya marchado”

Esa es la voz de hierro ensangrentada del hombre que el Progresista Premio Nóbel de la Paz ha conservado en la Casa Blanca para que dirija su maquinaria de guerra mientras calcina cuerpos humanos por todo el mundo, en Iraq, Afganistán, Pakistán, Yemen, Somalia, Filipinas, Colombia y docenas de otros países: una maquinaria de guerra compuesta de ejércitos oficiales, milicias secretas, escuadrones de la muerte, robots y mercenarios. Volviendo a Cockburn:

    “A pesar de esta explícita confirmación de que la justificación oficial de las sanciones era irrelevante, el supuesto rechazo de Saddam a entregar su mortífero arsenal se blandiría por los sancionadores siempre que el precio que los iraquíes estaban pagando atrajera la atención del mundo exterior. Y aunque Bush y Gates afirmaban que Saddam, y no sus armas, era el objeto real de las sanciones, algunos funcionarios de los cuarteles de la CIA en Langley me aseguraron en aquel tiempo que la posibilidad de que la población, desesperada por las sanciones, derrocara al dictador era ‘la menos probable de las alternativas’. El empobrecimiento de Iraq –por no mencionar la exclusión de su petróleo del mercado global y del beneficio de los precios del petróleo- no era un medio para llegar a un fin: era el fin.”

Desde luego que hoy en día estamos viendo ponerse en marcha esa misma dinámica mientras Gates y un nuevo emperador temporal trabajan en el mismo esquema, con el mismo objetivo, sobre otra recalcitrante nación que desgraciadamente posee una ubicación estratégica e inmensos recursos energéticos. Incluso se está utilizando la misma y vergonzosa justificación: la no existente amenaza de las no existentes armas de destrucción masiva. Y, ¿por qué no? Mientras sigan cayendo inocentes de esa forma, los señores de la guerra seguirán usándola. Cockburn continúa:

    “Cuando visité Iraq ese primer verano de sanciones tras la guerra, me encontré con una población aturdida por el desastre que estaba reduciendo su nivel de vida al del Tercer Mundo… Los doctores, la mayoría de ellos formados en Gran Bretaña, mostraban sus vacíos dispensarios. Por todas partes la gente preguntaba cuándo se iban a levantar las sanciones, asumiendo que, como mucho, podía ser cuestión de meses (una creencia inicialmente compartida por Saddam). La noción de que seguirían en pie una década después era inimaginable.

    Los doctores no deberían haberse preocupado por nada. La Resolución 661 prohibía la venta o suministro de cualquier producto a Iraq… con la excepción explícita de los “suministros estrictamente dedicados a tareas médicas y, en circunstancias humanitarias, comestibles’. Sin embargo, cada producto que Iraq intentara importar, incluyendo alimentos y medicinas, tenía que ser aprobado por el ‘Comité 661’ creado a tal propósito y dotado con diplomáticos de los quince estados miembros del Consejo de Seguridad. El comité se reunía en secreto y apenas publicaba nada sobre sus procedimientos. Gracias a la desaparición de la Unión Soviética, EEUU podía ahora dominar las Naciones Unidas y utilizarlas para proporcionar una tapadera de legitimidad a sus unilaterales acciones.

    El objetivo conocido del Comité 661 era revisar y autorizar las excepciones a las sanciones, pero como Gordon explica, su función actual era negar la importación hasta de los más inocuos productos justificándose en que podían, posiblemente, utilizarse en la producción de armas de destrucción masiva. Una ingeniosa disposición permitía que cualquier miembro del comité aplazara la aprobación de cualquier producto para el que se había solicitado autorización. Así pues, aunque otros miembros, incluso una mayoría, pudiera desear que se enviaran productos a Iraq, EEUU y su siempre bien dispuesto socio británico podía, y así lo hicieron, bloquear cualquier cosa que eligieran con la más pobre de las excusas… De esa forma, en los primeros años de la década de 1990 EEUU bloqueó, entre otros productos, la sal, pipas de agua, bicicletas infantiles, materiales utilizados para hacer pañales, equipamiento para procesar la leche en polvo y tela para hacer ropa. La lista se ampliaría más tarde hasta incluir relojes, calcetines, marcos de las ventanas, azulejos y pintura.

    En 1991, los representantes estadounidenses sostuvieron con toda la energía que pudieron desplegar que no se debía permitir que Iraq importara leche en polvo porque no respondía a una necesidad humanitaria. Después, los diplomáticos sostuvieron obedientemente que una petición de vacunas infantiles, considerada ‘sospechosa’ por los expertos en armas de Washington, debería asimismo rechazarse.

    Durante todo el período de sanciones, EEUU frustró los intentos iraquíes de importar las bombas que se necesitaban para las plantas de tratamiento del agua del Tigris, que se había convertido en una cloaca al aire libre gracias a la destrucción de dichas plantas de tratamiento de las aguas. El cloro, vital para tratar los suministros de agua contaminada, se prohibió asimismo alegando que podía utilizarse como arma química. Las consecuencias de todo esto se hicieron visibles en las salas de pediatría de los hospitales. Cada año aumentaba la cifra de bebés que morían antes de alcanzar su primer cumpleaños, de 1 de cada 30 en 1990, a 1 de cada 8 siete años después. Los especialistas sanitarios estaban de acuerdo en que el agua contaminada era la responsable: los niños eran especialmente sensibles a la gastroenteritis y cólera causadas por el agua sucia.”

¡Qué espanto todo! Pero, ¿qué hay del programa de la ONU de “Petróleo por Alimentos” que se puso eventualmente en marcha para proporcionar un hilo de productos a Iraq a cambio de los codiciados recursos energéticos? Como Cockburn señala, aunque la “guerra invisible” de sanciones que mató a medio millón de niños es ahora un suceso que nunca ocurrió en la conciencia estadounidense, el “escándalo” del Petróleo por Alimentos –Saddam jugando con el sistema mientras su pueblo sufría- todavía es en gran medida utilizado por los apologistas de la guerra de agresión de 2003. Éste, dicen, fue el escándalo verdadero, no el de todos esos bebés muertos. Cockburn:

    “Bajo las condiciones del programa, gran parte del dinero fue inmediatamente desviado [por los bloqueadores dirigidos por EEUU] para pagar lo que los críticos denominaban como exigencias `inverosímilmente altas’ por parte de Kuwait a la hora de pedir indemnizaciones por los daños de la invasión de 1990, y para pagar las inspecciones de la UNSCOM y otros costes administrativos de la ONU en Iraq. Aunque el acuerdo permitía alguna mejora en los niveles de vida, no hubo cambio fundamental alguno: el Secretario General de la ONU, Kofi Annan, informó en noviembre de 1997 que, a pesar del programa, el 31% de los niños menores de cinco años sufría aún de desnutrición, que los suministros de agua potable y medicinas eran ‘en gran medida inadecuados’ y que la infraestructura sanitaria sufría un ‘deterioro excepcionalmente grave’.”

    Para los iraquíes fue posible sacar alguna ventaja pecuniaria del programa Petróleo por Alimentos de las comisiones que sacaban de las compañías petroleras a quienes se favorecía con adjudicaciones, también de los comerciantes del trigo a los que compraban suministros. En 2004, mientras Iraq se desintegraba, el ‘escándalo del petróleo por alimentos’ fue aireado a bombo y platillo por la prensa estadounidense como ‘la mayor estafa de la historia’. El Congreso, que había guardado un silencio total durante los años de las sanciones, estalló ahora con denuncias sobre el fraude y los engaños del dictador caído, quien, con la supuesta complicidad de la ONU, había sido supuestamente la causa directa de tantas muertes.

Gordon pone todo esto en su contexto: “Bajo el programa Petróleo por Alimentos, el gobierno iraquí se hizo con el 10% de los contratos de importación y durante un breve tiempo recibió pagos ilícitos por las ventas del petróleo. Los dos factores combinados supusieron unos 2.000 millones de dólares… En cambio, en los catorce primeros meses de la ocupación [tras la invasión de 2003], la autoridad de la ocupación dirigida por EEUU redujo los fondos en 18.000 millones de dólares, dinero ganado de la venta de petróleo, la mayor parte del cual desapareció como el humo, sin control alguno y sin que el pueblo iraquí pudiera percibir nada del mismo. Quizá Saddam derrochó millones en palacios de mármol (en gran medida mal construidos, como sus posteriores ocupantes militares estadounidenses descubrieron) pero su codicia palidece en comparación con la de sus sucesores.

Como hemos señalado aquí a menudo anteriormente, los dirigentes británicos y estadounidenses que impusieron las asesinas sanciones sabían muy bien, durante muchos años, que Iraq no tenía en absoluto armas de destrucción masiva, ni siquiera un programa para desarrollar armas de destrucción masiva. Sabían que en el momento de la invasión de 2003, esos programas de armas de destrucción masiva (que en otro tiempo había apoyado con dinero secreto, créditos y “tecnología de doble uso” nada menos que George Herbert Walker Bush) llevaban doce años metidos en naftalina. Hablé de esto, por escrito, allá por 2003 –incluso Newsweek informaba de ello, ¡justo unas semanas antes de la guerra!- pero la verdad es que no había realmente espacio para la historia en la mente política estadounidense o en la memoria nacional. Por eso Cockburn y Gordon nos hacen tan buen servicio detallando de nuevo la historia. También añaden uno de los aspectos más críticos de la historia: los desesperados esfuerzos de Bill Clinton –sí, el viejo buen “Gran Hombre” de nuestros progresistas modernos- para suprimir la verdad y mantener las criminales sanciones y la deriva hacia la guerra, es demasiado fuerte:

    “El estrangulamiento económico de Iraq se justificó sobre la base de la supuesta posesión de Saddam de armas nucleares, químicas o biológicas. Año tras año, los inspectores de la ONU peinaron Iraq en búsqueda de pruebas de que esas armas existían. Pero después de 1991, el primer año de las inspecciones, cuando se detectó y se destruyó toda la infraestructura del programa de armas nucleares de Iraq, junto con los misiles y un amplio arsenal de armas químicas, no se encontró ya nunca jamás nada. Dados los antecedentes de Saddam negando la existencia de su proyecto nuclear (su arsenal químico era bien conocido; lo había utilizado ampliamente en la guerra Irán-Iraq, con la aprobación de EEUU), los inspectores tenían algún motivo para sospechar, al menos hasta agosto de 1995. Fue entonces cuando Hussein Kamel, el yerno de Saddam y anterior supervisor de sus programas de armamento, huyó de repente a Jordania donde rindió completos informes a la CIA, el MI6 y la UNSCOM. En aquellas entrevistas, dejó perfectamente claro que en 1991 se había destruido todo el arsenal de armas de destrucción masiva, una confesión que sus interlocutores, incluidos los inspectores de la ONU, tuvieron gran cuidado en ocultar al mundo exterior.

    Sin embargo, a principios de 1997, Rolf Ekeus llegó a la conclusión, como me contó muchos años después, de que debía informar al Consejo de Seguridad que Iraq no tenía armas de destrucción masiva y, por tanto, había cumplido con las Resoluciones de la ONU salvo en algún punto. Se sentía inclinado a recomendar que se levantaran las sanciones. Al saber de sus intenciones, a la administración Clinton se le pusieron los pelos de punta. El fin de las sanciones expondría a Clinton a los ataques republicanos por permitir que Saddam se fuera de rositas. El problema se resolvió, me explicó Ekeus, consiguiendo que Madeleine Albright, recién instalada como secretaria de estado, declarara en un discurso público el 26 de marzo de 1997 que “no estamos de acuerdo con las naciones que defienden que si Iraq cumple con sus obligaciones en relación con las armas de destrucción masiva, deben levantarse las sanciones’. El previsible resultado fue que Saddam no tuvo más interés en cooperar con los inspectores. Esto provocó una escalada de enfrentamientos entre el equipo de la UNSCOM y los funcionarios de la seguridad iraquí que acabó con la expulsión de los inspectores, con las proclamas de que Saddam “se negaba a desarmarse” y, finalmente, con la guerra.”

Ahí lo tienen. Clinton no quería que se levantaran las sanciones; no quería que se dejaran de arrojar los cuerpos de los niños muertos en el terrible albañal. Como siempre, cuando uno suponía que se había alcanzado un punto de referencia –en este caso, la eliminación de las armas y los programas de armas de destrucción masiva- van y se cambian simplemente las reglas. Vemos esto también respecto a Irán. Obama presentó lo que pretendía ser una gran solución “diplomática” haciendo que Irán enviara su combustible nuclear a Brasil y Turquía para que estos dos países lo procesaran. Este fue desde luego, un mero gesto hueco que perseguía mostrar lo intransigente y poco fiable que Irán realmente es; esos mullahstan ansiosos de tener armas nucleares rechazarían el acuerdo. Pero cuando Irán llego a ese acuerdo con Brasil y Turquía para hacer exactamente lo que Obama quería que hiciera, fue denunciado de inmediato –por Obama- como… una demostración de cuán intransigente y poco digno de confianza es realmente Irán. Logren un hito y los amos sencillamente cambiarán las reglas. Así es como funciona hasta que consiguen lo que quieren: un cambio de régimen en tierras estratégicas repletas de recursos naturales.

Cockburn señala otro efecto de las sanciones que casi siempre se pasa por alto:

    “Dennis Halliday, el coordinador humanitario para Iraq de la ONU que dimitió en 1998 en protesta por lo que llamó régimen ‘genocida’ de sanciones, describió en aquel momento sus efectos más insidiosos sobre la sociedad iraquí. Toda una generación de jóvenes había crecido aislada del mundo exterior. Los comparaba, inquietantemente, con los huérfanos de Afganistán de la guerra con Rusia que más tarde formaron los talibanes. ‘Debería preocuparnos al menos la posibilidad de que se desarrolle de forma más intensa el pensamiento fundamentalista islámico’, advertía Halliday. ‘No se comprende que ésa puede ser una consecuencia posible del régimen de sanciones. Estamos empujando a la gente para que adopte posiciones extremas’. Esa fue la sociedad que los ejércitos de EEUU y el Reino Unido enfrentaron en 2003: empobrecida, extremista e iracunda. Mientras ellos cuentan las víctimas que cada día sufren a causa de las bombas colocadas en los arcenes y los ataques suicidas, Occidente debería pensárselo muy cuidadosamente antes de desplegar una vez más ‘el instrumento perfecto’ del bloqueo.

Pero, por supuesto, como hemos indicado a menudo en estas líneas, eso parece ser exactamente lo que quieren: un suministro constante de extremistas en los que se pueda confiar para mantener avivados los rentables fuegos de la Guerra del Terror: llamas que a su vez alimentan los monstruosos motores de la Maquinaria de Guerra y sus retoños de la Seguridad, ambos devorados desde hace mucho tiempo por los residuos de la república estadounidense y que están ahora sufriendo una metástasis a velocidad vertiginosa, casi más allá de cualquier comprensión humana.

Niños muertos. Miles de niños muertos. La montaña, el albañal se va haciendo cada vez más alto. Y aún sigue la gente dormida…

Traducido del inglés para Rebelión por Sinfo Fernández

Fuente: http://www.chris-floyd.com/articles/1-latest-news/1993-invisible-holocaust-iraqi-sanction-criminals-seek-reprise-in-iran.html

EL LATIFUNDIO EN BRASIL Y SU RELACIÓN SE DA EN TODAS LAS ESFERAS DEL PODER Y EN LA PROPIA SOCIEDAD.

Entrevista a Gilberto Portes, coordinador del Forum Nacional por la Reforma Agraria y Justicia en el Campo
"El plebiscito popular debe ser el límite de la propiedad de la tierra en Brasil"

Adital...29/07/2010


Entre los días 1º y 7 de septiembre, brasileros y brasileras tendrán la oportunidad de expresar su opinión sobre el límite a la propiedad de la tierra en el país, a través de un Plebiscito Popular. Antes que ser una consulta, el Plebiscito pretende ser parte de un proceso de debate sobre la cuestión de la concentración de la tierra en Brasil. Esto es lo que presenta Gilberto Portes, coordinador del Forum Nacional por la Reforma Agraria y Justicia en el Campo (FNRA), en entrevista con ADITAL.

Portes destaca que la concentración de tierras en el país es una cuestión estructural que tiene sus orígenes en el período colonial. "Desde las sesmarías (porción de tierra distribuida a los colonos) hasta hoy, esta estructura territorial no fue cambiada", afirma. Por eso, la idea del Plebiscito es proponer al Legislativo la inclusión de un inciso en la Constitución Federal que limite la propiedad en 35 módulos fiscales. Además, la Campaña por el Límite a la Propiedad de la Tierra pretende pautar la reforma agraria en la agenda política y social.

El año no podría ser mejor. La consulta popular ocurre justamente un mes antes de las elecciones, oportunidad que afirma que no se dejará pasar en blanco. "Necesitamos colocar este debate en la agenda de los candidatos", comenta.

Adital - En septiembre se realizará el Plebiscito sobre el límite a la propiedad de la tierra. Ésta no es la primera vez que la población tiene la oportunidad de emitir su opinión (basta recordar consultas anteriores, como el Alca, deuda externa y la Vale). ¿Qué significan consultas como estas para el país?

Gilberto Portes - Es importante destacar que todas las consultas o plebiscitos realizados en nuestro país tienen un carácter simbólico de presión y han dado mucho resultado político a la sociedad brasilera. En el caso de éste, del límite a la propiedad de la tierra, hay una gran diferencia. En éste estamos tratando con una cuestión de carácter estructura de la cual sus raíces persisten desde hace más de 500 años. El latifundio en nuestro país y su relación se da en todas las esferas del poder y en la propia sociedad, entonces el debate de la temática, el proceso de concientización de la sociedad es más difícil que los otros porque este plebiscito es el resultado de un proceso, de una campaña que no se agotará en la Semana de la Patria en septiembre. Por eso que la importancia de este plebiscito es muy grande para el país, rescata todo un debate de proyecto popular basado en otros principios y objetivos que las entidades se lanzaron hacia una construcción que está siendo realizada de abajo hacia arriba, comprendiendo que no basta que se realicen luchas puntuales o jornadas para mejorar las condiciones de vida del pueblo, sino que es necesario ir a la raíz del problema, matar el "cáncer" por la raíz que es el latifundio y sus ramificaciones.

Adital - El Plebiscito se mete con una cuestión central para la resolución de varios problemas brasileros y ocurre en un momento importante, en vísperas de una elección presidencial. ¿Hay esperanzas de que este tema pueda ser tratado con los(as) candidatos(as)? ¿De qué forma este plebiscito puede reverberar en las campañas?

Gilberto Portes - ¡Sí! Ésta es nuestra expectativa. Estamos trabajando para eso y vamos, a partir de las iniciativas concretas de las entidades en los estados, a involucrar a los candidatos/as en el debate de la Reforma Agraria por dos motivos fundamentales: uno, la elección es parte de la agenda de la sociedad y de una forma o de otra las personas participan en este proceso. Segundo, si nosotros no movilizamos los temas de relevancia de interés de la sociedad, queda en un plan secundario de los candidatos/as. ¿Vea cuál es el proyecto de gobierno de cada candidato? ¿Quienes explícitan la Reforma Agraria como elemento central para el desarrollo económico y social de nuestro país? Necesitamos establecer este debate en la agenda de estos candidatos, en las actividades/movilizaciones concretas que realizaremos durante el mes de agosto, simultáneamente en todos los estados y regiones del país vamos colocar este debate en la pauta.

Adital - Entrar en la cuestión de la Reforma Agraria es también decir que hasta ahora, de hecho, ella no se produjo. ¿Cuáles serían los motivos para que la RA no se haya efectivizada hasta ahora?

Gilberto Portes - En este punto reportamos la historia del país. Vea las bases estructurales por la que se produjo la formación del estado brasilero tanto en el campo económico/político como jurídico. Fue por la lógica del latifundio, de la propiedad privada, desde las sesmarías (porción de tierra distribuida a los colonos) hasta hoy, esta estructura territorial no fue cambiada. Solamente tuvimos leyes que catalogan a la propiedad de la tierra como un bien social, o sea, sujeta a una función social en el estatuto jurídico de nuestro país. Fue con la publicación del Estatuto de la Tierra en 1964 que la misma fue recibida en nuestra Constitución de 1988. Sin embargo, del punto de vista de las medidas para efectivizar la reforma agraria, los sucesivos gobiernos, incluyendo el gobierno actual, no tuvieron el coraje de enfrentar esta realidad perversa y establecer límites al latifundio.

Con este análisis podemos destacar algunos motivos: a) El poder económico/político y jurídico del país se fundamentó en el latifundio y en la propiedad privada. b) El modelo agrícola de producción siempre estuvo bajo control de los grandes propietarios de tierra y empresas transnacionales, que explotan a los trabajadores agrícolas y tienen el dominio sobre producción, comercio, insumos y semillas. Finalmente, el desarrollo construido en nuestro país fue por la expoliación. La colonización brasilera y todo el proceso que siguió, hasta hoy, se asientan sobre la expoliación de los pueblos existentes y sobre la concentración de la propiedad. Por otro lado, la lucha por la supervivencia de los que en ella viven testimonia una batalla desigual entre los que idolatran la expansión patrimonial y los grupos sociales que viven de la tierra y conviven con ella.

Adital - Se sabe que hay una fuerte presión de los productores del campo que intentan detener acciones que mejoren la distribución de tierras en el país. ¿Hasta qué punto esa movilización es un obstáculo para ciertas conquistas en la cuestión agraria?

Gilberto Portes - En Brasil, por las sus propias características históricas siempre va a existir esta ofensiva del latifundio para impedir las acciones que apunten a favorecer los intereses de la mayoría del pueblo, sin embargo, es una minoría atrasada que representa el 1% de la población en el campo. Aunque tenga sus lazos con el núcleo central del poder, nosotros, la sociedad, somos la mayoría y es éste el desafío, el que vayamos organizando y concretizando el hecho, de que una sociedad sin democratización de la tierra no va a tener desarrollo con distribución de riqueza y ciudadanía plena. Y es en este contexto que nuestra lucha está saliendo victoriosa.

Adital - Dentro de todo ese contexto, ¿cuál es la gran propuesta presentada por el Plebiscito?

Gilberto Portes - Primero, queremos insertar un inciso V en el artículo 186 de la Constitución Federal, estableciendo que para cumplir la función social la propiedad rural tendrá un límite de 35 módulos fiscales, como forma de garantizar la democratización del acceso a la tierra y la soberanía territorial y alimentaria. Segundo, el plebiscito en este contexto, además de ser un proceso pedagógico en el cual la sociedad debate problemas de relevancia nacional, que es el caso de la concentración de la tierra, aprovechamos para colocar a la reforma agraria en el centro del debate político de la sociedad y de los candidatos, tanto a presidente de la república como a los gobiernos estaduales, por el hecho de que si dependiera de la voluntad política de los principales candidatos, a reforma agraria sería ignorada como lo está siendo. Tercero, con este proceso de movilización popular creemos que profundizaremos políticamente en las organizaciones que coordinan el plebiscito, una mayor unidad política para continuar luchando por el fin del latifundio.

Adital - Las movilizaciones por la campaña y el plebiscito ya se realizan en varias ciudades brasileras. ¿Se puede hacer una evaluación de cómo están estos preparativos, de cómo se están involucrando los(as) ciudadanos(as)?

Gilberto Portes - Nuestra evaluación es positiva. Realizamos una reunión plenaria nacional, ahora, ente el 15 y el 17 de julio con 90 participantes de 26 estados que ya tienen comités estaduales funcionando. Como el plebiscito no es una iniciativa sólo del forum de la reforma agraria, sino también del Grito de los Excluidos, de la Asamblea popular de las iglesias (CNBB/CONIC), el compromiso de todos y todas está en un proceso creciente. Creemos que hasta mediados de agosto estaremos en todas las regiones del país con los comités de base preparados para la realización del plebiscito.


Fuente original: http://www.adital.com.br/
Traducción de Daniel Barrantes

miércoles, 28 de julio de 2010

SE EQUIVOCAN LOS LACAYOS DEL IMPERIO QUE TIENEN EN COLOMBIA, VENEZUELA HARÁ RESPETAR SU SOBERANÍA ANTE LOS INTENTOS DE AGRESIÓN.

Ante las provocaciones de Uribe contra Venezuela
Defendemos la revolución bolivariana

Lucha de Clase...28/07/2010


El jueves 22 de julio, el presidente venezolano Hugo Chávez decidió poner la frontera con Colombia en máxima alerta militar, después que el presidente Colombiano Alvaro Uribe acusara a Venezuela de acoger a las guerrillas de las FARC y exigiera una “comisión internacional de investigación” al respecto. Es razonable suponer que esta provocación del gobierno de Uribe, a pocos días del traspaso de poderes al nuevo presidente Santos, está vinculada a una campaña más amplia contra la revolución venezolana en preparación para las importantes elecciones a la Asamblea Nacional del 26 de setiembre.

El presidente Chávez también anunció la ruptura de relaciones diplomáticas con Colombia y dio a los diplomáticos colombianos 72 horas para abandonar el país. Toda la presentación del embajador colombiano ante la reunión de la OEA en Washington el jueves fue una farsa. Presentó fotos y mapas satelitales que supuestamente demostraban la presencia de dirigentes de las FARC y el ELN en territorio venezolano, además de la presencia de campos de las FARC y el ELN en Venezuela.

El embajador colombiano explicó que las imágenes se habían obtenido de la famosa computadora de Raúl Reyes, el dirigente de las FARC asesinado durante una incursión ilegal de tropas colombianas en territorio ecuatoriano en marzo del 2008. Ya en aquél entonces, un informe de la Interpol dejó claro que no se habían usado métodos forenses adecuados para manipular la computadora y que sus contenidos habían cambiado entre el 1 de marzo, cuando fue capturada por el ejército colombiano y el 3 de marzo cuando se hicieron públicos sus contenidos. En otras palabras, estas “pruebas” son del mismo calibre que las “pruebas” que demostraban la presencia de “armas de destrucción masiva” en Iraq.

“No hay ninguna evidencia, no hay ninguna prueba, son fotos tomadas no se sabe dónde, con coordenadas en las que ya tenemos alguna experiencia, son fotos muy curiosas y muchas de ellas discutibles” respondió el embajador venezolano en la OEA, Roy Chardeton. Añadió que el gobierno venezolano había verificado e inspeccionado a fondo los sitios y las coordenadas proporcionadas por el gobierno de Uribe el jueves y no habían encontrado ninguno de los “campos terroristas” ni la “presencia guerrillera” que Colombia había denunciado.

Es más, uno se podría preguntar, ¿por qué el gobierno colombiano esperó más de dos años para hacer pública la información que supuestamente encontró en la computadora de Reyes? Algunos argumentan que uno de los motivos podría ser que Uribe está a punto de traspasar el mandato a Santos que se supone que va a ser un un presidente más “razonable” que desea construir “buenas relaciones” con Venezuela. Sin embargo, esto es una ilusión. Santos fue el ministro de defensa de Uribe y él personalmente fue el vocero de numerosas provocaciones contra Venezuela en el pasado. No deberíamos hacernos ninguna ilusión de que será mejor que Uribe ni en su política interna ni en su política exterior.

Es razonable suponer que esta provocación del gobierno de Uribe, a pocos días del traspaso de poderes al nuevo presidente Santos, está vinculada a una

campaña más amplia contra la revolución venezolana en preparación para las importantes elecciones a la Asamblea Nacional del 26 de setiembre.

El 3 de junio, la Secretaria de Estado de los EEUU, Hillary Clinton, lanzó un ataque público contra Venezuela, afirmando que “sus dirigentes han tratado de silenciar voces independientes que quieren controlar al gobierno”, al mismo tiempo que anunciaba mayores subsidios para ONGs que actúan en países, como Venezuela, en los que supuestamente la democracia está “amenazada”.

A principios de julio, el cardenal Jorge Urosa, arzobispo de Caracas, lanzó un virulento ataque contra Chávez, afirmando que éste estaba dirigiendo al país hacia una “dictadura Marxista-Leninista” basada en un “modelo extranjero” copiado de la antigua Unión Soviética, y que tenía una “tendencia totalitaria y violenta”. El cardenal se olvidó convenientemente que la jerarquía de la iglesia Católica, y él mismo, participaron directamente y apoyaron el golpe de abril del 2002 contra el presidente democráticamente elegido. !Esas son sus credenciales democráticas!

También se han producido tensiones por la presencia de aviones militares de los EEUU en la isla holandesa de Curaçao, justo enfrente de la costa venezolana, a los que Venezuela ha acusado en varias ocasiones de violar su espacio aéreo. A esto tenemos que añadir el reciente despliegue de tropas estadounidenses en Costa Rica, un país sin ejército, cuyo gobierno autorizó, el 1 de julio, la presencia de 46 buques de guerra y 7,000 marines de los EEUU en su territorio.

Las elecciones a la Asamblea Nacional

Está claro que cada vez que el pueblo venezolano es convocado a elecciones o referendums, se desata una campaña cuidadosamente planificada. Esta campaña incluye manipulación mediática, ataques y presiones diplomáticas, intentos de catalogar a la revolución venezolana como una dictadura, o vincularla al trafico de drogas o al “terrorismo”. También incluye el sabotaje económico, intentos de crear el caos en Venezuela, etc. Estos son los métodos “democráticos” de la oligarquía venezolana y del imperialismo, y Colombia es un actor importante en estos planes.

Washington es muy selectivo en su condena a las violaciones de derechos humanos. Bajo el gobierno de Uribe, Colombia ha acumulado una cantidad espeluznante de violaciones a los derechos humanos, incluyendo el asesinato de dirigentes sindicales y sociales, la tortura, el secuestro, etc. Recientemente se acaba de descubrir la mayor fosa común de América Latina en la Macarena, que podría contener más de 2,000 cuerpos de muertos durante la guerra sucia. Las organizaciones de derechos humanos temen que muchos de esos podrían ser “falsos positivos”, es decir, gente común y corriente que fueron asesinados por el ejército y luego clasificados como “insurgentes” para inflar las cifras de efectividad en la lucha contra la guerrilla, y para que los soldados y oficiales pudieran cobrar las recompensas.

Sin embargo, a pesar de la reciente victoria en las urnas del sucesor de Uribe, Santos, la clase dominante colombiana se enfrenta a una creciente combatividad de los sindicatos, movimientos campesinos e indígenas. Durante la celebración de los 200 años del inicio de la lucha por la independencia, las organizaciones sociales e indígenas organizaron una marcha y reunión de masas (cabildo abierto) en Bogotá, con más de 25.000 participantes.

El gobierno derechista de Uribe firmó un acuerdo con los EE.UU., lo que permite su acceso pleno a 7 bases militares estratégicas y fundamentales en Colombia, así como el pleno acceso a la infraestructura civil del país. Además, significa que personal militar de EE.UU. en Colombia es inmune al enjuiciamiento. La convocatoria para enviar "observadores internacionales" a la frontera colombo-venezolana es por tanto una provocación pura y simple, a la que el presidente Chávez ha respondido con la firmeza necesaria.

Como era de esperarse, Washington se apresuró a respaldar las acusaciones de Uribe, que habían sido preparadas en los EE.UU., en cualquier caso. El vocero del Departamento de Estado, PJ Crowley, calificó la disputa de lamentable y dijo que era una "respuesta petulante por parte de Venezuela el cortar las relaciones con Colombia". "Venezuela tiene la clara responsabilidad", dijo. "Colombia ha presentado cargos graves. Ellos merecen ser investigados ".

No es sorprendente que esta provocación haya recibido el pleno apoyo de la oposición venezolana contra-revolucionaria. En una conferencia de prensa conjunta, la “Mesa Unitaria Democática” (MUD) apoyó las acusaciones de Colombia y atacó "la irresponsable política exterior de Chávez".

Mientras tanto, se ha hablado mucho de poner este tema en la agenda de la próxima cumbre de UNASUR. El gobierno brasileño ya ha tratado de verter agua sobre las llamas. "No queremos favorecer a Venezuela o Colombia. Estamos buscando un acuerdo y sería excelente si tuviéramos señales de distensión antes de que Santos asuma su gobierno”, dijo Marco Aurelio García, asesor de presidente Lula para asuntos extranjeros. También insistió en que pensaba que el conflicto se resolvería rápidamente "una vez que Santos asuma el cargo". Pero, ¿cómo se puede resolver el conflicto entre la revolución y la contrarrevolución con sutilezas diplomáticas?

¡Defender la revolución venezolana!

Frente a este ataque, Chávez respondió correctamente al poner el ejército en alerta y llamó al pueblo a movilizarse y permanecer atento. También amenazó con cerrar la frontera y cortar el suministro de petróleo a los EE.UU. si el conflicto se elevara a una agresión militar.

Como ya hemos informado, la recién formada Milicia Nacional Bolivariana es un paso hacia el armamento del pueblo para defender la revolución, y una fuerza de intervención tendría que enfrentar un pueblo en armas. Esta iniciativa necesita ser fortalecida y ampliada, de manera que haya unidades de la Milicia en cada fábrica, en cada barrio, en cada comunidad campesina, etc. para defender la revolución contra el capitalismo y el imperialismo.

Si los EE.UU. fueran lo suficientemente tontos como para lanzar un ataque militar contra Venezuela a través de su agencia de Colombia, esto podría tener implicaciones revolucionarias en todo el continente. Nuestra predicción es que al día siguiente de dicha acción no habría embajada de EE.UU. en pie en toda América Latina.

Con el fin de defender la revolución venezolana es necesario movilizar la solidaridad internacional, no sólo en el continente americano, sino también en todo el mundo. Al mismo tiempo, en Venezuela, la revolución tiene que ser completada con la expropiación de la oligarquía, los dueños de los bancos, la industria y la tierra, para que el pueblo trabajador venezolano puede movilizar todo el potencial de la economía a través de un plan socialista democrático de producción.

Si la Revolución se enfrenta a la guerra, no puede darse el lujo de ser ingenua y dejar las líneas vitales de abastecimiento y del poder económico en manos del enemigo. La clase capitalista venezolana ha demostrado una y otra vez que, frente a la revolución, no dudará en utilizar todos los medios a su alcance, incluido el asesinato, los golpes militares y de sabotaje económico, con el fin de defender su poder, su riqueza y sus privilegios.

La burguesía contrarrevolucionaria venezolana ha demostrado repetidas veces que en cualquier conflicto grave se alinearía con el enemigo foráneo, el imperialismo. La expropiación y nacionalización bajo control obrero de sus propiedades es una cuestión de supervivencia para la revolución venezolana.

Por último, es importante hacer un llamamiento internacionalista al pueblo de Colombia. Muchas veces, la oligarquía en América Latina ha llevado al enfrentamiento al pueblo de un país contra el pueblo de otro, con el fin de defender su poder y desviar la atención de las masas de sus problemas reales hacia el enemigo "extranjero". La única manera de lograr la unidad de América Latina es mediante la extensión de la revolución socialista a todo el continente, y más allá.

· ¡Defender la revolución venezolana!

· ¡Armar al pueblo a través de milicias obreras y campesinas!

· ¡Expropiar la propiedad de la oligarquía y del imperialismo!

· ¡Por la unidad de los pueblos de Venezuela y Colombia!

· ¡Por una Federación Socialista de América Latina y el Caribe
!


Fuente: http://www.luchadeclases.org.ve/component/content/article/6760-colombia-julio2010

EN ALERTA PERMANENTE ANTE ESTAS AMENAZAS QUE CADA DIA COBRAN MAS FUERZA, EL IMPERIO Y SUS LACAYOS INVENTARAN CUALQUIER EXCUSA PARA AGREDIRNOS.

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Existen documentos que revelan que EEUU y Colombia planean un ataque contra Venezuela

Rebelión...28/07/2010


La expansión militarista de Estados Unidos en la región y su estrategia de movilidad global están en proceso de ejecución contra Venezuela. La misiva que reveló el Presidente Chávez confirma los planes contenidos en documentos del Pentágono del 2009

El Presidente Hugo Chávez denunció este sábado que Estados Unidos planea atacar a Venezuela y derrocar su gobierno. Durante la celebración del natalicio del Libertador Simón Bolívar, Chávez leyo de una misiva secreta que había recibido de una fuente no revelada desde los Estados Unidos.

“Viejo amigo, hace años no le veo, como te comenté, lee los tres últimos que te envié, la idea sigue siendo la generación del conflicto por el lado occidental”, leyó Chávez del texto confidencial.

“Los últimos acontecimientos confirman todos, o casi todos, lo que éstos discutieron en parte por aquí y otras informaciones que me han llegado desde arriba”, continuó la carta.

“La fase de preparación de la comunidad internacional, con ayuda de Colombia, está en plena ejecución”, manifestó el texto, haciendo referencia a la sesión extraordinaria en la Organización de Estados Americanos (OEA) el jueves pasado, durante la cual el gobierno de Colombia acusó a Venezuela de apoyar “terroristas” y dar refugio a “campamentos terroristas” en territorio venezolano. El gobierno colombiano dio un “ultimátum” de “30 días” a Venezuela para permitir una “intervención internacional”. El Departamento de Estado también apoyó la posición de Colombia e instó a Venezuela a que “debe responder frente a esta información ‘comprabada y confirmada’”.

La misiva continuó con más detalles, “Te mandé a decir que tienen fecha límite los eventos el 26, pero por alguna razón están adelantando movimientos que eran para ejecutarse después”.

“En los Estados Unidos se acelera la fase de ejecución con una fuerza de contención hasta Costa Rica con el pretexto de la lucha contra el narcotráfico”.

El primero de julio pasado, el gobierno de Costa Rica autorizó la entrada de 46 buques de guerra y 7.000 marines estadounidenses en su territorio.

El verdadero objetivo de esta movilización militar, destacó el documento, es para “apoyar operaciones militares” contra Venezuela.

ASESINATO Y DERROCAMIENTO

“Hay un acuerdo entre Colombia y Estados Unidos con dos objetivos: uno es Mauricio y el otro es el gobierno”, reveló el texto secreto. El Presidente Chávez explicó que “Mauricio” es el seudónimo utilizado en estas comunicaciones.

“La operación militar va”, alertó el texto, y la realizarán “los del norte, pero no quieren entrar directamente a Caracas”.

“Están cazando a ‘Mauricio’ fuera de Caracas, es muy importante, te lo repito es muy importante”.

El Presidente Chávez reveló que había recibido comunicaciones de la misma fuente en ocasiones anteriores alertándolo sobre amenazas peligrosas. Recibió una carta de la fuente días antes de la captura de más de cien paramilitares colombianos en las afueras de Caracas, que eran parte de un plan de asesinato contra el jefe de estado venezolano. Otra comunicación le llegó en las semanas antes del golpe de Estado de abril de 2002. “La carta habló de francotiradores y del golpe”, explicó Chávez, “y tenía razón, la información fue veraz, pero no fuimos capaces de actuar a tiempo para prevenir la situación”.

EXPANISIÓN MILITAR DE EEUU

Esta última revelación llega justo después de la decisión de romper relaciones con Colombia, tomada por el Presidente Chávez luego del “show” de Colombia en la OEA. “Uribe es capaz de cualquier cosa”, alertó Chávez, anunciando que el país está en máxima alerta y las fronteras serán reforzadas.

En octubre 2009, Colombia y Estados Unidos firmaron un polémico acuerdo militar que autorizó a Washington la ocupación de siete bases militares y el uso del territorio completo para ejecutar sus misiones militares. Una de las bases señaladas en el acuerdo, Palanquero, fue citada en un documento de la Fuerza Aérea de Estados Unidos de mayo 2009, como necesaria para “conducir operaciones militares de amplio espectro” por todo el continente y para combatir “la amenaza de gobiernos antiestadounidenses” en la región.

Palanquero también fue considerada una pieza crítica para la estrategia de movilidad global del Pentágono, como se destacó en el Libro Blanco: Estrategia de Movilidad Global del Comando de Movilidad Aéreo, publicado en febrero 2009. “El Comando Sur ha identificado a Palanquero, Colombia (Base Germán Olano SKPQ), como un lugar de cooperación en seguridad (CSL por sus siglas en inglés). Desde este lugar, casi la mitad del continente puede ser alcanzado por un C-17 sin tener que reabastecer”.

El presupuesto de 2010 del Pentágono incluyó una solicitud de 46 millones de dólares para mejorar la instalación en Palanquero, para apoyar la “Estrategia de Postura de Teatro” del Comando Combatiente, y “dar una oportunidad única para operaciones de amplio espectro en una subregión crítica de nuestro hemisferio donde la seguridad y estabilidad está bajo la constante amenaza de insurgencias terroristas, gobiernos antiestadounidenses, la pobreza endemica y los frecuentes desastres naturales”.

El documento de la Fuerza Aérea de mayo 2009, además, reveló que Palanquero sería utilizado para “incrementar nuestra capacidad de conducir operaciones de Inteligencia, Reconocimiento y Espionaje (ISR por sus siglas en inglés), mejorar el alcance global… y aumentar la capacidad de guerra expedita”.

En febrero 2010, la Dirección Nacional de Inteligencia de Estados Unidos clasificó a Venezuela y al Presidente Chávez como “Líder antiestadounidense” en la región, en su informe anual de amenazas.

Estados Unidos también mantiene dos bases de operaciones de avanzada en Aruba y Curazao, a pocos kilómetros de la costa venezolana. Durante los últimos meses, el gobierno venezolano ha denunciado la intromisión no autorizada de varios aviones no tripulados (drones) y otras aeronaves extranjeras en territorio venezolano.

Al mismo tiempo, documentos oficiales de Estados Unidos recientemente desclasificados revelan entre $40 a $50 millones de dólares en financiamiento a grupos y medios anti-Chávez, para alimentar el conflicto dentro del país, ejecutar acciones de desestabilización y subversión interna y promover matrices de opinión a nivel internacional para justificar una agresión contra Venezuela.

Estas últimas revelaciones evidencian que están preparando un conflicto serio, peligroso y no justificado contra Venezuela; un país con una democracia vibrante y las mayores reservas petroleras del mundo.