sábado, 14 de mayo de 2011

La creciente impopularidad de la Unión Europea


Sistema Digital...14/05/2011

La Unión Europea tiene un problema grave. Están surgiendo movimientos populares anti Unión Europea (UE) en casi todos los países miembros de tal entidad político-administrativa. Es cierto que la UE nunca fue un concepto popular. En realidad, surgió de unas élites que querían establecer un mercado común para el cual se necesitaba una moneda, el euro, que pasó a sustituir a las monedas nacionales de la mayoría de países de la UE. Sólo en el Sur de Europa aquellos países que habían sufrido (España, Grecia y Portugal) dictaduras fascistas o fascistoides, la UE generó cierta ilusión, pues Europa representaba para la población de estos países la esperanza de salir de las odiadas dictaduras y alcanzar el sueño democrático que asumían era común en el resto de Europa. Incluso hoy, la UE es el sueño de ciertos movimientos secesionistas, como el movimiento independentista catalán, que ve en Europa la manera de independizarse del estado español. Pero, por lo demás, la UE nunca fue muy popular y ahora está siendo considerablemente cuestionada por amplios sectores de las clases populares. ¿Por qué?


La explicación cultural identitaria

Una de las explicaciones que se dan con más frecuencia a este hecho es la explicación cultural identitaria que explica este distanciamiento (asumiendo erróneamente que hubo anteriormente un acercamiento) de Europa, como consecuencia de la desagregación de una identidad común –la europea- que ha ido diluyéndose con los movimientos migratorios que han sido una característica del establecimiento de tal entidad. Ni que decir tiene que las migraciones que han tenido lugar entre países de la UE y entre la UE y los países subdesarrollados (y, muy en particular, del mundo islámico) han acentuado unas tensiones sociales que han reavivado el sentido de pertenencia e identidad, al ser considerada esta inmigración una amenaza a la identidad nacional, atribuyendo la inmigración al establecimiento de la UE, con su compromiso con la movilidad de personal dentro de la UE.

Esta explicación cultural-identitaria, sin embargo, es claramente insuficiente, pues evita la pregunta de por qué este rechazo ocurre ahora y no antes. Tal explicación tampoco contesta por qué se identifica inmigración con el establecimiento de la UE. En realidad, y tal como ha señalado Goran Therborn –uno de los analistas más agudos de la realidad europea-. Europa ha sido un continente basado en la inmigración, con mayor variedad étnica incluso que EE.UU., el país considerado por excelencia como el basado en inmigración. La inmigración, per se, pues, no es la mayor causa del rechazo a la UE por amplios sectores de las clases populares. Para entender tal rechazo tenemos que recuperar categorías analíticas que han caído en desuso, tales como clases sociales, poder de clase y lucha de clases, categorías utilizadas por las dos tradiciones existentes en las ciencias sociales occidentales, tanto la marxista, como la weberiana, categorías prácticamente desaparecidas en los análisis actuales. Cuando analizamos la UE desde este prisma analítico (de las ciencias sociales tradicionales) podemos ver que la construcción de la UE se ha hecho en beneficio primordialmente del capital (y, muy en especial, del capital financiero) y a costa del mundo del trabajo. Los datos son claros y contundentes. Veámoslos.

¿Qué ha estado ocurriendo en la Unión Europea?

Desde que la Unión Europea y su Eurozona se establecieron hemos visto los siguientes hechos:

  1. En cada país de la UE (y todavía más en cada país de la Eurozona), las rentas del trabajo, como porcentaje de la renta total del país, ha ido descendiendo (pasando de representar como promedio de la UE-15 un 68% de las rentas nacionales, a un 56%) mientras que las rentas del capital (y muy en especial las rentas del capital financiero) han aumentado.

  2. El desempleo ha aumentado en la mayoría de países de la UE, cuyo promedio ha pasado a ser más alto en la UE que en EEUU, revirtiendo una situación anterior (1950-1980) en la que el desempleo había sido menor en Europa que en EEUU.

  3. Las condiciones de trabajo han empeorado, con aumento del porcentaje de trabajadores que indican estar estresados en el trabajo, habiendo alcanzado en 2009 la cifra del 52% del total de la población laboral en el promedio de la UE-15. También y relacionado con ello, la incidencia y prevalencia de enfermedades laborales relacionadas con el estrés ha aumentado notablemente.

  4. La tasa de crecimiento del gasto público en transferencias y servicios públicos del estado del bienestar ha ido disminuyendo mientras que las tasas de crecimiento de las necesidades ha ido aumentando.

  5. Los derechos laborales y sociales han ido reduciéndose.

Es lógico, por lo tanto, que la UE esté creando mayor rechazo entre amplios sectores de las clases populares. La inmigración sólo acentúa lo que existe ya en aquellos países: el deterioro del bienestar social y calidad de vida de la clase trabajadora y otros sectores de las clases populares. En realidad, la inmigración se ha utilizado por el mundo empresarial para abaratar el precio del trabajo y permitir el deterioro de las condiciones de trabajo. La negación de este hecho –verificable por la información empírica existente- por parte de sectores de las izquierdas ha contribuido a su pérdida de popularidad entre tales clases populares. En realidad, el enorme declive de la socialdemocracia en la UE se debe a ser percibida por estas clases populares como protagonista en la construcción de tal UE. No sólo los partidos socialdemócratas gobernantes en la UE, sino también la gobernanza de la UE (en la cual personajes de la socialdemocracia, como los Comisarios de Economía Asuntos Económicos y Monetarios, Pedro Solbes y Joaquín Almunia) han jugado un papel clave en el desarrollo de la UE y de sus políticas.

La crisis actual y cómo la UE intenta salir de ella

Esta realidad discriminatoria en contra del mundo del trabajo y a favor del capital se ha acentuado todavía más en la manera como se desea salir de la crisis. Las mismas fuerzas financieras, económicas y políticas (e incluso los mismos personajes) que nos llevaron a la crisis están ahora intentando salir de ella en términos muy favorables al capital y desfavorables al mundo del trabajo. Veamos los datos.

El país que ha sufrido mayor colapso de su economía en Europa ha sido Letonia, el cual ha sido forzado a hacer cambios sumamente favorables a las rentas del capital y muy perjudiciales al mundo del trabajo como condición de su entrada a la UE y a la Eurozona. Tales cambios impuestos por la UE y por el Comisario de Economía y Asuntos Monetarios de la UE, entonces Joaquín Almunia (personaje importante en el socialismo español), incluyó un recorte del 30% del salario de los empleados públicos, un descenso del 20% del gasto público, una bajada de salarios en todos los sectores de la economía (con el argumento de hacer la economía más competitiva), y otros cambios que crearon una disminución (en 2008-2009) de nada menos de un 25% de su PIB como consecuencia. Se calcula que las clases populares no alcanzarán el nivel de vida que tenían en 2007 hasta 2016, imponiendo así diez años de enormes sacrificios. Los recortes en sanidad, educación, seguridad social y empleo público han sido enormes, desmantelando el estado del bienestar.

Grecia ha sido también un país en que las políticas de austeridad están creando una gran movilización popular (que apenas sale en los medios) que han alarmado a la burguesía griega (cómplice con la UE en el desarrollo de tales políticas), pues cuentan con la simpatía de los agentes del orden, tales como la policía que se ha opuesto a reprimir tal agitación social. El futuro de Grecia es un interrogante.

En Irlanda, la política de austeridad ha forzado una movilización popular contra la clase política. Nunca antes había tenido Irlanda un rechazo tan marcado (y merecido) hacia su clase política. En Portugal, el capital financiero (incluyendo la banca portuguesa) forzaron un “rescate” de una enorme austeridad, que está dañando el estado del bienestar y estándar de vida de la mayoría de la población.

Y en España, como ocurrió antes en Alemania con el gobierno socialdemócrata presidido por el canciller Schroeder, el gobierno Zapatero es uno de los gobiernos más impopulares que hayan existido en España durante la democracia, resultado de las políticas de austeridad de su gobierno.

Un fantasma se extiende en la UE

Aunque estos países son los casos más extremos, la realidad es que un fantasma recorre Europa y es el enfado hacia esta Europa que no es la Europa de los pueblos, sino la Europa del capital. Frente a esta Europa del capital, hay que establecer la Europa de los pueblos, con la alianza de las clases populares. Es importante para toda la UE, por ejemplo, que la clase trabajadora alemana recupere los salarios que le permiten su elevada productividad, a fin de que el consumo (y no sólo las exportaciones) contribuyan a reavivar la demanda doméstica a nivel europeo. Y es importante para el trabajador finlandés que se alíe con el trabajador español para que la burguesía, pequeña burguesía y clases medias de rentas altas en España paguen impuestos que hoy no pagan. Escribía un ciudadano finlandés en una carta al Financial Times que “mientras los finlandeses pagamos diligentemente los impuestos, ya que la honestidad es considerada un pilar de la sociedad, me resulta difícil ver como los euros de mis impuestos se gastan en apoyar a países que han mentido sobre su economías (Grecia) y en los que la evasión fiscal es un hobby nacional (España)”. Y el ciudadano finlandés llevaba parte de razón, aunque hay que añadir dos matices importantes.

Uno es que el trabajador español paga impuestos a niveles semejantes al trabajador finlandés. Ligeramente inferiores, pero no muy diferentes. El trabajador mejor pagado, el trabajador de la manufacturera en España ya paga alrededor del 72% de los impuestos que paga su homólogo en Finlandia. Es el mundo empresarial y financiero y las rentas superiores en España, las que pagan mucho menos que sus homólogos en Finlandia. Un rico en España paga en impuestos sólo un 23% de lo que paga un rico en Finlandia.

La segunda clarificación es que la supuesta ayuda finlandesa a España, en caso de “rescate”, no iría al trabajador español, sino a la banca española y extranjera, predominantemente alemana y francesa, que es la que recibiría el dinero que el Estado español obtendría para pagar la deuda. Y esto es importante. El trabajador finlandés y trabajador el español (y el trabajador griego, entre otros) tienen muchos intereses en común. Todos ellos desean que las rentas superiores, la banca y las grandes empresas, tanto en Finlandia como en España, paguen sus impuestos. Y que su dinero vaya a ayudar a las personas que lo necesitan y no a los bancos. Seguro que si se les pidiera su opinión a las clases populares de Finlandia y de España (y de la mayoría de países en la UE) sobre este tema, respondería afirmativamente y estarían de acuerdo. De ahí que el reto de las fuerzas progresistas en la UE sea mostrar los elementos e intereses que tienen en común los distintos pueblos y naciones existentes en este continente. Y construir sobre estos intereses una Europa del mundo del trabajo distinta a la que se está construyendo a beneficio del capital. Muchas propuestas se han hecho en esta dirección. (Ver mi artículo “El fracaso del neoliberalismo en el mundo y en la UE” en www.vnavarro.org).

Sé que una respuesta inmediata a esta proposición es desmerecerla como utópica, mostrando y defendiendo la situación actual como la única posible. Y ahí está precisamente el poder del establishment europeo tanto el financiero como el mediático y el político: han eliminado cualquier posibilidad de crear una alternativa. Pero que sea o no una alternativa dependerá de la movilización social. Y lo que hoy estamos viendo es una agitación social no vista desde los años sesenta, agitación que está ocurriendo a lo largo de este continente. La historia no ha terminado. El futuro de las izquierdas europeas es facilitar tales movilizaciones de protesta en contra de esta Europa, con el fin de crear una alternativa.

Vicenç Navarro, Catedrático de Políticas Públicas de la Universidad Pompeu Fabra y Profesor de Public Policy. The Johns Hopkins University

Fuente: http://sistemadigital.es/News/ItemDetail.aspx?id=3096

jueves, 12 de mayo de 2011

Asesinar a los nietos de Gadafi


Black Agenda Report...12/05/2011

Cuando EEUU y los europeos necesitaron una forma de sumarse al lado “correcto” del Despertar Árabe – y de ese modo aplastarlo – decidieron re-demonizar al líder libio Moamar Gadafi como el mal del cual los euro-estadounidenses rescatarían a África del Norte. “Gadafi era perfecto, existía desde hacía mucho tiempo como un personaje de tebeo para consumo occidental.” Matar al hijo de Gadafi y a tres de sus nietos no fue ningún crimen, puesto que “a los ojos de EEUU no son más que versiones satánicas de los personajes de dibujos animados Jaimito, Juanito y Jorgito, sobrinos del Pato Donald.”

“Estos modernos cruzados necesitan un derramamiento de sangre ritual antes de expropiar las tierras y los bienes de sus víctimas.”

La matanza ritual de Moamar Gadafi y su familia avanza a trompicones como una especie de ritual de culto blanco salvaje. ¡Muerte al demonio y su semilla! Gritan los sacerdotes, banshees(1) y oráculos de sonrisa de hielo de los medios corporativos de EEUU. La misión manifiesta estadounidense (u “occidental”) debe ser santificada con la sangre de los personajes de tebeo. Como las hordas enloquecidas de Cristo que salieron en tropel de la oscuridad del lejano oeste de Europa para aniquilar ciudades enteras de extraños – incluyendo decenas de miles de compañeros cristianos que no hablaban, comían o olían como los franceses e ingleses – estos modernos cruzados necesitan un derramamiento de sangre ritual antes de expropiar las tierras y los bienes de sus víctimas.

Cuando el mundo árabe despertó a primeros de año, los muy bien pagados presentadores e insulsos creadores de ocurrencias de la CNN, y las compañías competidoras de creación de la realidad, fueron pillados en un estado lastimoso de falta de misión. En ausencia de instrucciones por parte de los fabricantes de escenarios oficiales en la Casa Blanca y el Departamento de Estado, no podía haber ningún guión coherente, ningún tema simple para las ocurrencias. Pero las directrices no llegarían de la administración Obama hasta que no se pudiera encontrar un modo de poner a EEUU en el lado “correcto” del Despertar Árabe.

¿Dónde estaba el consumado árabe malvado?

En los primeros días de la rebelión egipcia, la CNN y los medios de su clase estaban en gran medida abandonados a su suerte y visiblemente confundidos – reflejando la confusión y desesperación de Washington. Después, cuando la Casa Blanca, no teniendo otra opción, fingió simpatizar con los jóvenes manifestantes en Tahrir Square, los medios corporativos comenzaron su historia de amor con el “nuevo” árabe. Pero, ¿dónde estaba el consumado árabe malvado, luchando contra el cual los medios corporativos pudieran cumplir su papel de cronistas de la gloriosa saga civilizadora de EEUU en el mundo? ¿Quién es la caricatura, para ser ritualmente atormentada y asesinada?

Moamar Gadafi se convirtió en material con el que forjar la respuesta militar euro-estadounidense al Despertar Árabe. Instantáneamente, la CNN recuperó su misión. Gadafi era perfecto, existía desde hacía mucho tiempo como un personaje de tebeo para consumo occidental. Con la gradual complacencia con Occidente de Gadafi, a primeros de este siglo, Sadam Husein de Irak se convirtió en el Gran Satán de Historieta, apareciendo incluso como el Demonio en los dibujos animados South Park del canal Comedy Central. Gadafi, la caricatura clásica, de forma inevitable se fundió con Sadam (todos los hombres fuertes árabes se parecen).

Un general al servicio de la CNN repetidamente nombró al hace largo tiempo fallecido Sadam como el demonio que tenía que ser destruido por el justificado fuego estadounidense. Más de una vez el general se disculpó ante la audiencia, pero no era necesario que lo hiciera puesto que, para la mayoría de la audiencia de la CNN, Gadafi no tiene más derecho a su propia vida, historia y muerte que tenía Sadam Husein. Son ambos pequeñas muñecas vudú a las que clavarle alfileres y quemarlas y destrozarlas, junto con sus niños.

“La pregonada “compasión” estadounidense no se extiende a los nietos de árabes malvados caricaturescos.”

Los estadounidenses, que consumen mentiras empaquetadas como si fueran perritos calientes, y después reverencian estos artículos de consumo como cultura sagrada (tan “estadounidenses” como los perritos calientes), han estado preparados para matar a los hijos de Gadafi desde que los hijos de Sadam, Uday y Qusay, fueron abatidos en 2003. A los ojos estadounidenses no se diferencian en nada, estos hijos de hombres fuertes árabes, las versiones satánicas de los personajes de dibujos animados Jaimito, Juanito y Jorgito, sobrinos del Pato Donald. En el caso de Gadafi, dos de sus hijos se llamaban Saif. Si Gadafi no hizo una distinción suficiente entre ellos, ¿por qué deberían hacerlo los bombarderos de la OTAN? Resultó que el Saif que murió junto con tres de los nietos de Gadafi, Saif al-Arab, el más joven de los hermanos, era también el menos político. Los nietos, de edades comprendidas entre 6 meses y dos años, eran, por supuesto, totalmente apolíticos y, supuestamente, bastante ricos. Pero la pregonada “compasión” estadounidense no se extiende a los nietos de árabes malvados caricaturescos. La CNN y otros medios corporativos de EEUU, todos los cuales tienen enviados en Trípoli, decidieron citar a líderes rebeldes en Bengasi que mostraron dudas sobre si los niños de los hijos de Gadafi, Mohamed y Hanibal, y de la hija Aisha, estaban realmente muertos. Los rebeldes avisaron de que era seguramente un truco, y los medios corporativos estadounidenses trataron la vil calumnia como si la información sobre los asesinatos fuera simplemente parte de la competición de bulos.

La pareja asesina en la Casa Blanca no ofreció ninguna condolencia o disculpa, supuestamente asumiendo que Gadafi había invitado a su familia a su residencia para que actuaran como escudos humanos, y por lo tanto era responsable de las muertes.

A la mayoría de los estadounidenses no se les ocurriría pensar que Gadafi y su familia tenían derecho a sentirse seguros según las leyes internacionales y las leyes estadounidenses, las cuales prohíben los asesinatos de los jefes de estado, y las resolución 1973 de las Naciones Unidas que no autoriza a la OTAN a cazar al líder libio o matar a los que lo rodean. Pero es solo un dibujo animado, y un dibujo animado no tiene derechos. Ni tampoco los tienen los países de los que vienen, como saben todos los estadounidenses.

Notas:

(1) Espíritu de las leyendas irlandesas que anunciaba con sus gemidos la muerte próxima de un familiar.

Fuente: http://www.blackagendareport.com/content/killing-gaddafis-grandbabies

miércoles, 11 de mayo de 2011

Asesinatos, tortura y ¡USA!, ¡USA!


La Jornada_11/05/2011

Un equipo militar clandestino viajó al otro lado del mundo, ingresó sin autorización a tierra ajena, invadió una casa, mató a tres hombres y una mujer, hirió a otra y dejó manchada de sangre una casa con madres e hijos, en un operativo facilitado con información aparentemente extraída por métodos de tortura –todo lo cual viola leyes internacionales y nacionales– para que al final un presidente, rodeado de coros que cantaban USA, USA, proclamara victoria ante satisfechas sonrisas de su gobierno.

Algo curioso ocurrió aquí, ya que el triunfo de la justicia en este caso violó leyes nacionales e internacionales y los principios básicos de lo que se llama democracia. Así, el gran logro fue una gran derrota de los principios en cuyo nombre se obró.

Pero esto acaba siendo festejado como uno de los logros más gloriosos de los últimos años. Las celebraciones espontáneas frente a la Casa Blanca y en la zona cero en Nueva York, como en otros lugares, con jóvenes coreando USA, USA y entonando el himno nacional no eran sorprendentes, Bin Laden se había convertido en el símbolo nacional del enemigo, de esa cosa llamada terrorismo, que desde hace una década no deja de generar un clima de temor, odio y sospecha aquí y que ha justificado guerras e intervenciones estadunidenses en múltiples países. Pero que se volviera una celebración patriotera donde el asesinato de alguien se convirtió en hazaña de lo que aquí se llamó, por el presidente, justicia da un poco de miedo.

“Podríamos preguntarnos cómo estaríamos reaccionando si comandos iraquíes aterrizaran en el complejo de George W. Bush, lo asesinaran y tiraran su cuerpo en el Atlántico. Incontrovertidamente, sus crímenes superan por mucho los de Bin Laden… Bush dio las órdenes para cometer el supremo crimen internacional diferente a otros crímenes de guerra en que contiene dentro de sí el mal acumulado de todo (citando al Tribunal de Nuremberg) bajo los cuales fueron colgados criminales nazis: las cientos de miles de muertes, millones de refugiados, destrucción de gran parte del país (Irak), agrió el conflicto sectario que ahora se ha difundido a otras regiones”, escribe Chomsky en sus primeras reacciones por el asesinato de Bin Laden.

Chomsky afirma que es cada vez más claro que la operación fue un asesinato planeado, el cual viola múltiples normas elementales del derecho internacional, donde no hubo ni un intento para detener al objetivo desarmado. En sociedades que profesan algún respeto por la ley, los sospechosos son detenidos y llevados ante un juicio imparcial. Vale recordar, agrega, que el recién fallecido Orlando Bosch, uno de los responsables del bombazo de un avión comercial cubano, tendría que ser visto bajo la doctrina Bush de que sociedades que albergan a terroristas son tan culpables como los mismos terroristas y deben ser tratadas igual. Más aún, comenta, la mentalidad imperial es tan profunda que el asalto contra el líder terrorista se le llamó Operación Geronimo, o sea, el nombre del líder indígena que enfrentó a las tropas estadunidenses en este país.

Para la profesora de leyes Marjorie Cohn, de la Escuela de Leyes Thomas Jefferson, los asesinatos seleccionados o políticos, o ejecuciones sumarias, son realizados fuera de cualquier marco judicial. Violan las Convenciones de Ginebra y la Ley de Crímenes de Guerra de Estados Unidos, aun en tiempos de guerra.

El cineasta Michael Moore afirmó que el sentido común te dice que (Bin Laden) fue ejecutado. Ese fue el plan siempre, díganos eso y dejen de tratarnos como niños. Recordó que los Tribunales de Nuremberg se establecieron para enjuiciar a los peores criminales de la historia. “En una democracia creemos en un sistema de justicia y en un sistema judicial que pone a juicio a la gente… y después los colgamos”.

Mientras tanto, la muerte de Bin Laden ha reabierto el debate sobre el uso de tortura en el país, algunos señalan que fue gracias a eso que se obtuvo información crucial para lograr dar con el hombre más buscado de la década. Pero según Andrea Prasow de Human Rights Watch, y ex abogada defensora en los tribunales militares en Guantánamo, la clausura ordenada por Obama del programa de interrogatorios de la CIA implementado por Bush servirá mucho más en proteger a Estados Unidos del terrorismo que la muerte de Bin Laden. “Bajo este programa secreto… Estados Unidos abandonó el imperio de la ley y llevó a cabo un sistema de detención e interrogación que no era sólo ilegal e inmoral, sino que dañó severamente a la seguridad nacional de Estados Unidos”, escribió en The Daily Beast. Argumentó que el uso de tortura en este sistema sólo sirvió para nutrir las filas terroristas.

Hasta el New York Times, en un editorial, expresó preocupación por afirmaciones en estos días de altos funcionarios del gobierno de Bush, incluido José Rodríguez de la CIA; John Yoo del Departamento de Justicia, y el ex secretario de Defensa Donald Rumsfeld, de que la muerte de Bin Laden justificaba la tortura. No sólo parece que la tortura no resultó en información clave, afirma el rotativo, sino que aun si era el caso, eso ni remotamente justifica la decisión del señor Bush de violar la ley y toda norma aceptable.

Con razón después de esta gran hazaña casi nadie se siente más seguro en este país, ni que algo fundamental haya cambiado en el mundo con la muerte de Bin Laden. En una encuesta de CBS News/New York Times, una de las primeras después del asalto, una amplia mayoría afirma que la muerte de Bin Laden no los hacia sentir más seguros, y sólo 16 por ciento expresó que sí. Peor aún, más de seis de cada 10 consideran que la muerte de Bin Laden probablemente incrementaría la amenaza terrorista contra Estados Unidos en el corto plazo.

Aunque sí cambió una cosa: la tasa de aprobación del presidente Obama se disparó más de 10 puntos; ahora 57 por ciento considera que está haciendo bien su trabajo, comparado con 46 por ciento que opinaba eso hace un mes.

Al parecer, asesinatos, tortura y violaciones de derecho internacional continúan fracasando en brindar mayor seguridad a la población, pero para los políticos aún tienen sus virtudes.

Fuente: http://www.jornada.unam.mx/2011/05/09/index.php?section=opinion&article=029o1mun