sábado, 7 de julio de 2012


       
¿Cómo está Chávez?


Aporrea...07/07/2012

Quisiera compartir con todas y todos unas impresiones personales, intercaladas con algunos elementos de análisis, acerca de un día inolvidable. Hacía un tiempo que no veía al presidente Hugo Chávez y tenía, como todos, una ansiedad muy grande ante la posibilidad de verlo de cerca, tal vez de estrechar su mano. Me preocupaba su salud; por él, como entrañable amigo y por Nuestra América, por la cual tanto ha hecho. Y además porque Chávez es, como dice el verso de Bertolt Brecht, uno de los “imprescindibles”; esos que como Fidel, lucha todos los días, veinticuatro horas al día, sin tregua y sin pausa.

La ocasión fue la conmemoración el día 5 de Julio del 201º aniversario de la declaración de independencia de Venezuela, que tuvo por escenario la Asamblea Nacional. Todo comenzó con el ingreso del presidente al recinto, en donde ya se lo pudo ver en buena forma, animado y con muy buen semblante. Luego de saludar a varios de los allí presentes, con la calidez de siempre, tomó su lugar en el presidium y a continuación el diputado Earle Herrera, del PSUV, procedió a leer el Acta de la Declaración de la Independencia, firmada entre otros por esa figura descomunal que fue Francisco de Miranda. Confieso que desconocía los detalles de ese texto, bastante extenso, y en el cual la firma de los congresistas que la proclamaron es precedida por una notable fundamentación doctrinaria y teórica que, hasta donde yo recuerdo, no he visto en ninguna otra acta de ese tipo. Al escuchar su profundo contenido pude comprender que la genial estatura –política, filosófica y militar- de Simón Bolívar no fue un capricho de la biografía o un rayo en un día sereno. Existía en esa notable Capitanía General de Venezuela una tradición cultural y filosófica de una envidiable densidad teórica, personificada en las brillantes figuras de Miranda y en la del maestro, tutor y amigo de Bolívar, Simón Rodríguez. Tradición que, como se decía más arriba, quedó estampada para la posteridad en el Acta del 5 de Julio de 1811.

Ese venerable documento, que tanto me sorprendió, contiene algunos párrafos que destilan un anti-imperialismo que son de una sorprendente actualidad. Me limito tan sólo a acotar el siguiente:

“A pesar de nuestras protestas, de nuestra moderación, de nuestra generosidad, y de la inviolabilidad de nuestros principios, contra la voluntad de nuestros hermanos de Europa, se nos declara en estado de rebelión, se nos bloquea, se nos hostiliza, se nos envían agentes a amotinarnos unos contra otros, y se procura desacreditarnos entre las naciones de Europa implorando sus auxilios para oprimirnos.”

Reemplácese Europa por Estados Unidos y se comprobará que eso de declararnos rebeldes o revoltosos, de sufrir bloqueos, de padecer hostilidades, de ser invadidos por agentes que provocan amotinamientos contra los gobiernos populares (policías o algunos sectores minoritarios de los pueblos originarios en Ecuador y Bolivia, o golpes de estado “institucionales” como en Honduras y Paraguay) no tiene nada de nuevo. Son las clásicas políticas que ensayan los imperios en su fase de decadencia. Así lo entendieron los venezolanos que hace dos siglos declararon su independencia, y así debemos entenderlo también hoy. Muchas, si bien no todas, de esas protestas contra los gobiernos de izquierda tienen por detrás la siniestra mano del imperialismo. Hace doscientos años tanto como hoy.

Luego de la lectura de ese documento tomó la palabra el Canciller Nicolás Maduro. En su alocución realizó una brillante síntesis de la evolución de las relaciones entre América Latina y el Caribe y Estados Unidos, subrayando como desde sus primeros discursos, cartas y escritos Simón Bolívar percibió con sorprendente precocidad el nefasto papel que el país del Norte estaba llamado a cumplir en esta parte del mundo. Valga como ejemplo esta afirmación del Libertador:

"los Estados Unidos parecen destinados por la Providencia para plagar la América de miserias a nombre de la Libertad" (Carta al Señor Coronel Patricio Campbell, Guayaquil, 5 de agosto de 1829)

Maduro expuso el lacerante itinerario histórico de esa relación, señalando los hitos principales que a lo largo de dos siglos ratifican la invariante continuidad de la política de Estados Unidos hacia Nuestra América, sintetizada en la Doctrina Monroe (1823): fomentar la desunión de nuestros países, desestabilizar gobiernos que se opongan a los intereses imperiales, provocar y ejecutar golpes de estado, asesinar líderes y militantes antiimperialistas, atraer con toda clase de maniobras y artilugios a los sectores dominantes de la región y a las clases y capas populares, víctimas privilegiadas de la manipulación y propaganda políticas del imperio. Tal como lo expusiera en Facebook, Twitter y mi propio blog, el discurso de Maduro fue, por su exhaustividad y su sustancia, uno de los mejores que escuché de labios de un canciller de América Latina y el Caribe en mucho tiempo. Es un notable material de estudio, que será necesario publicarlo y otorgarle la más amplia difusión internacional.

A continuación habló Chávez, en línea con el tema que había suscitado la intervención de Maduro. Anunció que la suya sería una breve intervención, y pese a la incredulidad de su auditorio así lo hizo. Se lo notó agudo y filoso como siempre, sus ojos brillantes y llenos de vida, su prosa con un fluir pulcro y a la vez rotundo en su argumentación. Denunció al imperio y sus aliados, la burguesía y las oligarquías locales (“autóctonas” que no nacionales, como decía el Che) como enemigas irreconciliables de los pueblos, y sus luchas emancipatorias no pueden sino tropezar con la más enconada oposición de Washington y sus peones vernáculos. El capitalismo condena a la humanidad, siguió diciendo, y es irreformable. Ya está desahuciado y no tiene futuro. Sólo el socialismo puede salvar a la especie humana de la irreparable destrucción que el metabolismo del capital impone sobre la naturaleza y la sociedad. No hay democracia verdadera sino en el socialismo, dijo, repitiendo el clásico dictum de Rosa Luxemburg. Fustigó al golpe de estado en Paraguay y lo comparó con el que él mismo había padecido en el 2002. Y dijo que en aquel país, como antes en Venezuela, ahora acusan al depuesto presidente Lugo de urdir un golpe de estado contra quien usurpara su cargo, Federico Franco. Y contó que a él también lo acusaron, cuando las masas y las fuerzas armadas, en una unión tan inesperada como virtuosa lo reinstalaron en el poder, de haber perpetrado un golpe de estado a Carmona, el energúmeno aquel que catapultado por el golpe del 11 de Abril quiso deshacer de un plumazo las conquistas históricas del chavismo. En estos tramos Chávez hizo gala de su agudo sentido del humor al comentar con sorna estas piruetas retóricas por las cuales quienes transgredían la constitución y las leyes de la república se autovictimizaban, a la vez que convertían a sus víctimas en tenebrosos villanos.

Fue un discurso breve y contundente, claro, profundo, propio de un estadista y de un revolucionario. Las palabras revolución, socialismo y democracia brotaban continuamente de sus labios, y su minuciosa y permanente relectura de los textos de Bolívar le ofrecía siempre una analogía o una idea pertinente del Libertador, lo que le permitía hilvanar -como Fidel lo hizo magistralmente con Martí al concebirlo como “el autor intelectual del asalto al Moncada”- la problemática y los desafíos del presente con la tradición de lucha antiimperialista de Bolívar y, por supuesto, de Martí y los próceres de la patria grande latinoamericana, insistiendo reiteradamente en la urgente necesidad de culminar el proyecto integracionista por el cual aquellos ofrendaron sus vidas. Fue un discurso breve pero sin desperdicios, pronunciado por un hombre que hablaba con la pasión de sus mejores momentos pero con un componente analítico y reflexivo que si ya antes lo tenía -¡y vaya si lo tenía!- ahora lo ha perfeccionado. Un Chávez a quien su enfermedad le permitió hacer un alto en la vorágine cotidiana de la gestión y meditar sobre lo humano y lo divino, enriqueciéndolo como persona y como jefe de una revolución. Al terminar su intervención invitó a los allí presentes a acompañarlo a presenciar el desfile cívico-militar.

Hasta allí llegó Chávez en un auto descapotado, ante el delirio de la multitud que se había dado cita en las amplias y cómodas graderías del Paseo de los Próceres. Derrochaba energía a cada paso, saludando a todo el mundo, interesándose por la hijita de una funcionaria que estaba en el palco presidencial, saludando con desbordante simpatía a diestra y siniestra y gastando bromas con algunos conocidos. A quien esto escribe lo paralizó con un inesperado saludo (prueba de que su agudo sentido del humor, síntoma de vitalidad si los hay, seguía intacto) llamándole “¡general Atilio Boron!” y haciendo una aparatosa venia. Riéndose a mandíbula batiente con su chanza hizo lo mismo con Ignacio Ramonet, que estaba a mi lado, y a quien le dispensó el trato de “mariscal, porque como tú eres francés allá el grado máximo es mariscal”. Y a Piedad Córdoba le dijo que el beso que le había dado horas antes en la Asamblea Nacional lo obligaba a no lavarse la cara muchos días; y al ex guerrillero colombiano Antonio Navarro Wolf lo sorprendió recordándole risueñamente que en una época sus superiores lo obligaban a perseguir guerrilleros y ahora los tenía como invitados de honor de su gobierno. Al colombiano, y también a Nidia Díaz, la heroica comandanta de las luchas del Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional y a tantos otros que se agolpaban en el palco. Ni el Nuncio Apostólico escapó a sus humoradas: el hombre aguantó a pie firme (y protegido por un buen sombrero) los rayos del sol que calcinaban el palco presidencial y por eso lo condecoró, a voz de cuello, con la “Orden del Sol”, diciéndole que en anteriores ocasiones revolucionarios de férreas convicciones no soportaron la furia del astro rey y habían dejado al presidente en soledad, resistiendo a pie firme la canícula. Felicitó al Nuncio por su solidaridad ante similares circunstancias.

Para resumir: a Chávez se lo ve muy bien, mucho mejor de mis más optimistas expectativas. Está vital, vibrante y brillante, y presidió sin acartonamientos una ceremonia que no vacilo en calificar de impresionante, y esto por dos razones. Primero, por la extraordinaria presencia del componente cívico, popular, que abrió la parada. Ver desfilar médicos y enfermeras de las distintas misiones; científicos; campesinos; indígenas; obreros de las más diversas ramas; gente de pueblo de todas las profesiones y procedentes de distintos puntos del país; mujeres y jóvenes marchando orgullosamente y saludando con verdadera devoción a su líder es una saludable anomalía en Nuestra América, donde los protagonistas excluyentes de los desfiles son las fuerzas armadas. No en este caso. Y, segunda razón, un desfile impresionante por la apabullante exhibición de un poderío militar que hizo que los agregados militares de muchos países agotaran las baterías de sus filmadoras para grabar el paso de las distintas fuerzas con sus sofisticados armamentos y, sobre todo, el intimidante despliegue de cohetería y, posteriormente, de helicópteros y aviones de última generación que sobrevolaron raudamente sobre nuestras cabezas. Un oportuno mensaje, por cierto, para quienes dentro y fuera de Venezuela alucinan con el derrocamiento de Chávez por la vía de un golpe militar. Esa gente ahora tendrá que hacer muy bien sus cuentas porque, afortunadamente, la revolución bolivariana no está indefensa ya que la identificación de las fuerzas armadas con el proyecto socialista parece estar muy sólidamente arraigada.

Fue muy emocionante ver marchar a las milicias populares, muy bien pertrechadas y además con sus cánticos antiimperialistas y socialistas. Sólo los ingenuos pueden suponer que un proceso revolucionario orientado hacia la construcción del socialismo -y eso es lo que, a su manera y a sus tiempos, está haciendo la revolución bolivariana- podrá defenderse apelando solamente al embrujo de la palabra o a la eficacia persuasiva del discurso. Eso puede valer en las pequeñas discusiones del mundillo académico, intrascendentes a la hora de hacer la historia. Pero al imperialismo, siempre conspirando y agrediendo, no se lo disuade con esos recursos porque sólo entiende el lenguaje de la guerra. En el marco de la brutal contraofensiva lanzada por Washington sobre nuestros pueblos, y en primer lugar sobre los países del ALBA, la mejor manera de evitar la agresión militar del imperio –que sobrevendría una vez fracasadas su beligerancia mediática y sus conspiraciones políticas- es preparándose meticulosamente para ella, elevando así el costo que podría tener para Estados Unidos cualquier aventura militar en la Venezuela bolivariana.

Es una desgracia, pero ni Chávez, ni Raúl (o Fidel, antes), ni Evo ni Correa tienen otra opción que fortalecer sus aparatos de defensa sin lo cual cualquier proyecto emancipatorio, por moderado que sea, sería ahogado en sangre. Si Estados Unidos ha cercado toda América Latina y el Caribe con un rosario de 46 bases militares (según el último recuento del MOPASSOL), los gobiernos progresistas y de izquierda deben actuar en consecuencia y prepararse para ello.

Esto los obliga a invertir en defensa partidas presupuestarias mayores de las que hubieran deseado (recursos que podrían destinarse al desarrollo social) para repeler una agresión militar que, con toda seguridad, Washington descargará –directamente o mediante algún proxy de la región- sobre nuestros países en el momento en que la cacería de los recursos naturales se convierta en una cuestión de vida o muerte, para lo cual no habrá que esperar demasiado tiempo. Salvo que se piense, como lo hacen algunos gobernantes desaprensivos y las incorregibles buenas almas socialdemócratas, que esas bases se instalaron para que sus ocupantes se deleiten con la observación de los hermosos plumajes de nuestros pájaros o para llevar a cabo las ayudas humanitarias que sus ocupantes fueron incapaces de concretar cuando, en 2005, el huracán Katrina asoló New Orleans. 


aaboron@gmail.com

Fuente: http://aporrea.org/actualidad/a146397.html

viernes, 6 de julio de 2012


           
Una marea roja apoyó al presidente Chávez en su discurso de campaña
Comienzo de la campaña electoral presidencial en Venezuela


Barómetro Internacional...06/07/2012

El primer domingo de julio fue escenario del inicio de una nueva campaña electoral, para elegir el 7 de octubre al presidente de Venezuela. Miles de franelas rojas, centenares de banderas desplegadas de Venezuela, del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), de los partidos aliados y del Gran Polo Patriótico (GPP), acordonaron más de 18 kilómetros, apoyando la caravana donde se trasladaba el presidente Hugo Chávez, hasta llegar a la ciudad de Maracay, estado Aragua. En un acto masivo el candidato bolivariano, dejo nuevamente demostrado su recuperación física, soportando 4 horas de marcha en un vehículo abierto con un calor de 30 grados, para luego dirigirse a los miles de militantes y pueblo organizado, por más de 2 horas, cantando el himno nacional, lo que deja demostrado una vez más, las tendenciosas versiones de medios privados de prensa que informaban que el mandatario venezolano no podía caminar, que necesitaba un bastón y una enfermera para apoyarse. Así se demostró la falsedad de esta campaña, como también la versión de que no llegaría a juramentarse y lo haría vía mail, cuando inscribió su candidatura.Por su parte el candidato de la denominada Mesa de la Unidad Democrática (MUD) Henrique Capriles, comenzó su campaña con varias marchas, apoyado por una gran diversidad de partidos y grupos políticos de variadas tendencias (que van desde derecha y socialdemocracia, hasta trasnochados de izquierda que hablaban de guerrilla), unidos bajo un solo objetivo, derrotar al presidente Chávez. Pese a los esfuerzos del candidato Capriles, no logra un discurso hacia los sectores populares, ya que ha mantenido una dinámica muy clasista, hablando de sus caminatas, ofreciendo planes de empleo y “su ley de misiones sociales”, cuando el mismo como Gobernador del Estado Miranda desarticuló todas las misiones de los médicos de Barrio Adentro, y varias misiones de apoyo a los sectores populares.


Campaña   de   la   MUD   se   sustenta   en   la   manipulación   y   la   desinformación

La oposición ha asumido su campaña bajo la consigna de “un camino”, del “progreso”, consignas que son repetidas por sus adeptos en eventos públicos y mítines políticos, pero muchas de estas personas al ser entrevistadas, no pueden explicar a ciencia cierta que significan. Ante esta realidad tan frágil del discurso, comenzaron a plantear una Ley de Misiones, teóricamente para legalizarlas, sin embargo siguen atacando la Misión Vivienda, llegando a plantear que ellos entregarán títulos de las casas, porque el gobierno no los da, mentira desmontada por los propios beneficiaros que muestran su casa y su título de propiedad. También han satanizado el programa de médicos Barrio Adentro (salud), que han ayudado a millones de venezolanos, entre ellos partidarios de la MUD que van de manera escondida al mismo.
Esta forma de manipulación viene acompañada de otras mentiras más peligrosas, como la manipulación de las encuestas, bajo la vieja teoría de los nazis de que “una mentira repetida mil veces se hace realidad”, todos los voceros de la MUD hablan de un empate técnico entre ambos candidatos. Pero estas aseveraciones solo son parte de un laboratorio de desinformación, ya que las encuestadoras venezolanas privadas, dan una diferencia a favor de Chávez de un 20 a un 30 por ciento sobre Capriles. Uno debe preguntarse porque la derecha venezolana habla de un empate, una de las respuestas es la crítica de Capriles al Consejo Nacional Electoral (CNE), con la que intenta desacreditar a este organismo, hablando de parcialidad, lo que va conformando una matriz nacional e internacional para poder gritar fraude, ante la nula posibilidad de derrotar al presidente Chávez el 7 de octubre.
El otro elemento que va conformando una tendencia hacia la desestabilización, son los acuerdos con los sectores de la derecha internacional. El candidato en las primarias de la MUD, Leopoldo López, se ha encargado de reunirse con el ex presidente Uribe de Colombia, para ofrecerle el cargo de asesor de campaña, en el marco de coordinar un plan para desestabilizar en la frontera de Colombia a los Estados Táchira y Zulia (venezolanos) con gobernadores de la MUD. Estos hechos fueron confirmados por Uribe en una entrevista en CNN, donde claramente dejó establecida su lucha por sacar a Chávez de cualquier manera, catalogándolo de dictador. También en ese andar por Europa y EEUU de López, curiosamente aparece dándose la mano en una foto con Franco, el actual presidente de facto de Paraguay. ¿Coincidencias? ¿O existe una estrategia de golpes “institucionalizados”?, porque también la huelga de policías en Bolivia, se parece a la de Ecuador contra el presidente Correa.

Presidente   Chávez   llama   a   debatir   la   propuesta   de   gobierno   y   a   la   unidad


Para el mandatario venezolano en su discurso de comienzo de campaña, se hace necesario el debate de la propuesta del plan de gobierno 2013-19, como parte de su propuesta de campaña, además de puntualizar sobre la unidad y la elevación de la conciencia revolucionaria, para lograr un triunfo contundente en la elección del 7 de octubre, bajo la consigna de la Independencia Nacional y el concepto de Patria, en contraposición a las propuestas de la MUD de privatizar a las empresas nacionales como Petróleos de Venezuela (PDVSA) y las industrias básicas, así como renovar los acuerdos con el Fondo Monetario Internacional (FMI), para generar un estado dependiente del capital internacional.
También el candidato bolivariano advirtió a la oposición a no equivocarse, a reconocer los resultados electorales, “… nosotros   si   estamos  dispuestos   a   respetarlos,   porque   de   asumir   una   posición   similar   al   golpe   de   estado   del   2002   y   la   huelga   empresarial,  nosotros   les   aplicaremos   la   ley,   haremos   respetar   el   modelo   democrático.  Estas aseveraciones dejan claramente establecidas las reglas del juego, se debe respetar al CNE porque sus decisiones son autónomas, además la plataforma informática de esta institución esta blindada y ha sido reconocida como uno de los sistemas más seguros del mundo por la ONU, la OEA y el Centro Carter, entre otras organismos e instituciones internacionales. La imparcialidad y transparencia del CNE deja por fuera cualquier mala intención de crear una matriz de fraude.
diegojolivera@gmail.com
Publicación Barómetro 05-07-12
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jueves, 5 de julio de 2012


 
Apoyos a Peña: desde el rápido Calderón al veloz Obama, hasta los súbditos del imperio


Rebelión...05/07/2012

1. El reconocimiento apresurado, inmediato, de Felipe Calderón al “triunfo de Enrique Peña Nieto como candidato electo”, fue para avisar a Obama –el jefe del imperio mundial- de que todo había terminado y que Andrés Manuel López Obrador (“el peligroso candidato progresista”) había sido derrotado. Obama, por su parte también aceleró su reconocimiento para obligar a que todos sus súbditos (más de un centenar de países) también envíen sus notas de apoyo. Así funcionan estas cosas internacionales. ¿Por qué en los golpes de Estado de Honduras y, ahora, de Paraguay, los gobiernos se abstuvieron en condenar a los golpistas yanquis?
2. Este Obama, que por su origen negro (clase oprimida) debería de solidarizarse con los explotados y oprimidos, cada vez se parece más a los gobernantes Bush, Reagan o Nixon que destacaron por su mayor brutalidad en la guerra y la represión. ¿Por qué reconoce Obama a un “presidente electo” en México –provocando que sus súbditos también lo hagan- cuando no ha sido declarado oficialmente y hay una fuerte oposición en las calles que lo desconoce por tramposo? Desafortunadamente en la diplomacia burguesa las “legalidades” se construyen según conveniencia de las fuerzas que se disputan el poder en el mundo,
3. Así que no hay que preocuparse por los reconocimientos internacionales. Bastó con que la secretaria de Relaciones de México enviara un comunicado a sus colegas del mundo diciendo que los gobiernos de México y de los EEUU ya reconocieron a Peña Nieto para que automáticamente todos lo hagan. Sólo me preocuparía un poquito que gobiernos “progresistas” como los de Cuba, Venezuela, Bolivia, Nicaragua, Ecuador, Argentina, Brasil, Uruguay, lo hagan; pero también en ellos entendería eso que se llama “diplomacia”, o sea, hacer cosas molestas para que los demás no se enojen. ¿Por qué no aceptar que nos defrauden electoralmente?
4. Se sabe internacionalmente que en México hay una oposición electoral fuerte de los lópezobradoristas, dispuesta a defender con fuerza sus derechos; se conoce que hace seis años se despojó de la Presidencia a esa oposición; sin embargo a pesar de ello el gobierno de Obama, a sugerencia de Calderón, otorga un reconocimiento a Peña cuando se sabe que es tramposa esa “victoria” del PRI. Por eso no hay que dudar en que Obama tenía a su candidato y que este recibió apoyos del imperio yanqui para obtener la Presidencia. ¿Para qué ha servido la embajada de los EEUU en México sino para intervenir de manera ilimitada en política?
5. Hay varios miles de policías yanquis de la CIA, FBI, DEA, etcétera en México metidos en el gobierno, en las fuerzas armadas y la policía, en todas las instituciones, en los medios de información, el narcotráfico y hasta en muchos grupos políticos. Ellos poseen una información precisa de lo que sucede en nuestra nación, misma que envían diariamente a los EEUU haciendo que el gobierno de ese país sea el mejor informado acerca de México. Ellos saben que un gobierno de López Obrador no les conviene porque podría aliarse con el bloque progresista de América Latina. Por eso escogieron a Calderón hace seis años y ahora a Peña Nieto.
6. Los gobiernos panistas de Vicente Fox y de Calderón siempre le fueron muy fieles –hasta sumisos- a los gobiernos de de EEUU; pero los yanquis, al parecer, veían muy desgastado al PAN por los más de 60 muertos en lo que van seis años. Prefirieron arreglarse con Peña Nieto y el PRI para que continuara con la política neoliberal y privatizadora de Salinas, Zedillo y el mismo PAN. Por eso Peña se ha apresurado a declarar que lo primero que hará será poner en práctica las “reformas estructurales” para terminar de privatizar PEMEX y la electricidad. Porque aunque se piense que Peña será independiente la realidad es que estará al servicio de los EEUU.
7. Lo que podrán lograr los estudiantes de Yo soy 132 y los seguidores de López Obrador –más lo que se sumen- es demostrar que fueron tan grandes y descaradas las violaciones financieras de la campaña que deben repetirse las elecciones. Si se repitieran las elecciones obviamente López Obrador triunfaría y las cosas serían distintas: no habrían reformas estructurales pero sí medidas que poco a poco eliminen la corrupción y el dispendio. Bastaría con obligar a los funcionarios a bajarse el salario a la mitad, así como obligar a que los multimillonarios que no pagan impuestos lo hagan, para iniciar un gran movimiento nacional con apoyo de masas.
8. Para lograr esa utopía posible o hacer posible lo que parece imposible, es necesario que todos salgan a la calle para frenar el regreso del PRI, pero también del PAN, al gobierno. El pueblo que recibió dinero, tarjetas, regalos, promesas, para votar por candidatos del PRI, debería desfilar denunciando la corrupción para demostrar porqué Peña Nieto tuvo votos. Y las autoridades del IFE, del TRIFE, los magistrados, deberían ser honestos –aunque sea por única vez- para reconocer la situación y poner un procedente en México. ¿O es que México continuará siendo en el mundo sinónimo de corrupción y cinismo de sus gobernantes?
Blog del autor: http://pedroecheverriav.wordpress.com

miércoles, 4 de julio de 2012


Recordando el otro "Día D"


Asia Times Online...04/07/2012

A diferencia del teniente Horace Henderson que escribió: “Vi que no se movía nada en la playa excepto una aplanadora. La playa estaba cubierta de escombros, embarcaciones hundidas y vehículos destruidos. Vimos muchos cuerpos en el agua… Saltamos al agua que nos llegaba al pecho y vadeamos a tierra. Entonces vimos que la playa estaba literalmente cubierta de cuerpos de soldados estadounidenses” [1]. Richard Davis informó: “Pronto el mar estuvo salpicado de hileras de barcos blancos llenos de hombres envueltos en frazadas blancas con armas apuntando en todas direcciones, balanceándose en el agua, mientras unos barcos que parecían de papel se acercaban más y más. La escena era extrañamente parecida a una regata…" [2]
En estas mismas fechas, del año 1898, el ejército de EE.UU. desembarcó en Playa Daiquirí, a 29 kilómetros al este de Santiago. Fue claramente distinto del desembarco del Día D en 1944, también en junio, que ocurrió en las playas de Normandía, Francia. Durante los primeros días de la invasión de Cuba no hubo Omahas en las que el fuego de ametralladoras, morteros y tanques alemanes destrozase a miles de soldados estadounidenses. No hubo una Luftwaffe lanzando bombas y ametrallando a soldados que se arrastraban por el suelo. No había alemanes cayendo mientras los barcos de guerra estadounidenses disparaban continuas andanadas. No había trampas mortales repletas de sangre [3] o servicios religiosos para enterrar a los muertos.
Pero tal como impactó la Segunda Guerra Mundial a EE.UU., lo mismo sucedió con la Guerra Hispano-Estadounidense (GHE), tal vez más todavía. Las causas de la GHE fueron numerosas. Una severa depresión económica dejó a millones de personas sin trabajo y creó un ambiente revolucionario, temido por los ricos y el gobierno federal. La GHE serviría como distracción de las masivas, violentas y sangrientas huelgas, paros y  marchas de desocupados hacia Washington, como el Ejército de Coxey. Los ricos monopolistas y expansionistas, con su apetito imperial, mano de obra barata y economías de mercado en expansión, ansiaban experimentar la construcción de corporaciones mediante la toma de naciones.
Esa “espléndida guerrita” fue también el resultado del periodismo amarillo, del cristianismo extremo y de un deseo de los ultraconservadores (republicanos y demócratas) de aplastar a otros partidos políticos. El ultraconservadurismo estaba alarmado por el socialismo y el populismo, con su Partido Populista en permanente crecimiento que promovía un sistema multi-monetario, impuestos progresivos sobre la renta, atención sanitaria, igualdad para obreros y agricultores y los ancianos y protección contra monopolios gigantescos. Mientras algunos cristianos, como el reverendo Josiah Strong creían que “Dios está entrenando a la raza anglosajona para su misión de civilizar a las razas más débiles del mundo”, los medios de masas veían una oportunidad de aumentar las ventas con el sensacionalismo de una posible guerra contra España.
Lo que finalmente provocó la guerra de EE.UU. contra España fue la explosión del acorazado Maine en el puerto de La Habana, en la que murieron 266 tripulantes. Una investigación de la armada culpó de inmediato a España de la explosión y los magnates de los medios en competencia, Randolph Hearst y Joseph Pulitzer publicaron dibujos gráficos en los periódicos mostrando la explosión de la nave con tripulantes muertos volando por el aire o ahogándose. La guerra duró tres meses, con solo algunos días de verdadero combate. Pero una nueva conciencia invadió EE.UU. –la conciencia de la fuerza– y con ella un nuevo apetito, el ansia de mostrar su fuerza (el sabor del imperio) [4], y otras falsas convicciones.
EE.UU. no solo se apoderó de Cuba, Puerto Rico, las Filipinas y Guam y terminó por separar regiones en China, pero este nuevo imperialismo y colonización militarizó EE.UU. [5]. Como otras guerras futuras, esta fue mal llamada y censurada “Guerra EE.UU.-España/Cuba/Puerto Rico/Guam/Somoza/China”, o “Guerras y Rebeliones del Caribe y el Pacífico”. Anexaron numerosos territorios extranjeros, aplastaron brutalmente numerosos y prolongados levantamientos, filipinos, cubanos, y bóxer. También utilizo los movimientos por la liberación y la libertad como un ardid para expandir una economía de mercado agresiva y violenta de EE.UU.
“Combatientes por la libertad” cubanos y filipinos iban claramente hacia la victoria sobre España cuando EE.UU. intervino y secuestró sus movimientos por la independencia, subvirtiendo sus objetivos de una nueva sociedad de igualdad y justicia racial y económica [6]. Y aunque los revolucionarios advirtieron a EE.UU. de que su intervención se consideraría un acto de guerra, EE.UU. pudo, mediante falsas promesas y engaños, invadir y conquistar ambos territorios. Ni filipinos ni cubanos participaron en ceremonias y tratados de rendición, que fueron dominados por EE.UU., y muchos menos aún pudieron ingresar a los capitolios de sus países [7]. EE.UU. escribió sus constituciones y determinó muchos aspectos de sus culturas.
Una vez más, el “otro” Día D en 1898 tuvo una trascendental influencia en la política exterior de EE.UU. que desde entonces fue conformada por un grupo de elites corporativas, militares y de estrategas políticos. Esos poderes dinásticos también dominaron las guerras y campañas militares preventivas en los Siglos XX y XXI. Estratos de ideologías también gobernaron el pensamiento y la conducta de numerosos estadounidenses, como el nacionalismo, el paternalismo, el social-darwinismo y la categorización de extranjeros, en particular los no blancos. Todo esto culminó en el Excepcionalismo Estadounidense, o nociones de superioridad de EE.UU. Y adonde van los negocios y las inversiones estadounidenses también van el ejército y los marines de EE.UU.
Los poderes presidenciales también cambiaron. Hay que recordar que Teodoro Roosevelt, antes de llegar a la Casa Blanca, apoyó con entusiasmo y combatió en la GHE. Dijo una vez: “Favorecería casi cualquier guerra, porque pienso que el país necesita una”. Como presidente modeló para futuros dirigentes una “presidencia imperial”, estableció poderes policiales globales, separó Panamá de Colombia para construir el canal y envió marines a Santo Domingo a cobrar deudas. También apoyó el libro de Alfred T Mahan, The Influence of Sea Power [La influencia del poder marítimo], que dice que EE.UU. precisa una armada fuerte que necesita bases navales y militares en el extranjero para reparaciones, suministros y combustibles. Por ello, debía adquirir nuevos territorios.
Por lo menos durante un breve período en el perpetuo Tiempo de Guerra de EE.UU., en la Segunda Guerra Mundial, los ciudadanos y soldados estadounidenses vivieron el verdadero y letal coste de la guerra. Por lo menos el gobierno federal no actuó por cuenta de los acaudalados y de grupos de intereses especiales. Por lo menos la movilización para la guerra y la modernización del armamento fueron para una “causa justa”, o para liberar campos de concentración y a la Europa ocupada por medios militares. Es trágico, sin embargo, que los horrores de la Segunda Guerra Mundial y la Gran Generación no hayan obligado a sus dirigentes a reevaluar y a reconsiderar futuros conflictos y enfrentamientos militares, y que el “otro” Día D siga dominando la imaginación colectiva de EE.UU. y las narrativas públicas.
Notas:
(1) Ambrose, Stephen E. Citizen Soldiers: The US Army From The Normandy Beaches To The Bulge To The Surrender Of Germany. New York: New York: Touchtone Publishers, 1998., p 27.
(2) Marsh, W.B. and Bruce Carrick. A Leap Year of Great Stories from History. Lanham, Maryland: Totem Books, 200, p 201.
(3) Ambrose, Stephen E. Citizen Soldiers: The US Army From The Normandy Beaches To The Bulge To The Surrender Of Germany, p 31.
(4) Boyer, Paul S. and Clark Clifford, Joseph Kett, Neal Salisbury, Harvard Sitkoff, and Nance Woloch. The Enduring Vision: A History Of The American People. Lexington, Massachusetts: DC Heath and Company, 1996., p 609.
(5) Bender, Thomas. A Nation Among Nations: America's Place in World History. New York, New York: Hang and Wang Publishers, 2006, p 218.
(6) Ibid, p 225. 7. Ibid, p 224.

Dallas Darling es autor de Politics 501: An A-Z Reading on Conscientious Political Thought and Action , Some Nations Above God: 52 Weekly Reflections On Modern-Day Imperialism, Militarism, And Consumerism in the Context of John's Apocalyptic Vision , y de The Other Side Of Christianity: Reflections on Faith, Politics, Spirituality, History, and Peace. Es corresponsal de www.worldnews.com . Otros escritos de Dallas aparecen en www.beverlydarling.com .
(Copyright 2012 Dallas Darling.)

Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens

Fuente: http://www.atimes.com/atimes/Global_Economy/NG03Dj04.html

martes, 3 de julio de 2012


      
EEUU convoca a violar leyes cubanas, pero no se responsabiliza de las consecuencias


La pupila insomne...03/07/2012

Poco después de que el gobierno de los Estados Unidos diera a conocer el aumento de los fondos destinados al uso de Internet en su entrategia de “cambio de régimen” en Cuba, la Agencia Internacional para la Ayuda al Desarollo de los Estados Unidos (USAID por sus siglas en inglés), subordinada al Departamento de Estado, ha lanzado este 28 de junio una convocatoria para seguir los pasos de su “contratista” preso en en la Isla, Alan Gross.
En el documento dado a conocer por la USAID, su Oficina de Asuntos Cubanos (LAC) informa que hasta el 27 de julio recibirá aplicaciones para un programa denominado “Democracia Digital“: “USAID está contemplando la concesión de un máximo de dos acuerdos de cooperación por un total de hasta $ 3 millones por proyecto para un período de hasta tres años”.
Por si a sus nuevos “contratistas” le pasa lo mismo que al señor Gross, el gobierno de Estados Unidos -tan preocupado por sus ciudadanos- aclara que “dada la naturaleza del régimen en el país de las operaciones y la sensibilidad política del Programa de la USAID, la USAID no se hace responsable de cualquier lesión o inconveniente sufridos por las personas que viajan o que operan en el país bajo el financiamiento de USAID”.
El periodista Tracey Eaton en su blog Along the Malecón llama la atención sobre los denominados ”inconvenientes”: “Tenga en cuenta el uso del término ‘inconveniente’. Eso es un eufemismo real. Que les metan en la cárcel no es sólo un inconveniente”.
Eaton  califica de “interesante” la definición que da el documento en una nota al pie  sobre qué es un grupo de la sociedad civil: “dos o más personas que organizan un espacio social fuera de la autoridad del Estado para discutir y debatir colectivamente (y, posiblemente, tomar una decisión sobre) un tema en particular de los intereses comunes, valores o fines”, lo cual convierte a cualquier pareja de cubanos en candidatos a ser comprados por EEUU.
Entre lo que el documento llama “resultados esperados” se incluye la realización de una prueba piloto en la Isla con estas tecnologías vinculándolas a “otros programas que apoya la USAID”. Y ya sabemos entonces para quienes y para qué son estas tecnologías, porque por innumerables documentos y declaraciones se conoce que esa agencia norteamericana es una de las principales suministradoras de dinero a los grupos que organiza la Sección de Intereses de Estados Unidos en Cuba, a los que en los últimos años destinó más 150 millones de dólares.
Fuente: http://lapupilainsomne.wordpress.com/2012/06/30/ee-uu-convoca-a-seguir-los-pasos-de-alan-gross-pero-no-se-responsabiliza-con-los-inconvenientes/